20 de febrero del 2018
Deporte y crecimiento personal
El deporte es una herramienta muy poderosa para formar el carácter de las personas.
Como padres, cuando pensamos en las competiciones deportivas en las que participan nuestros hijos, nos ceñimos a pensar que el objetivo primordial es que éstas sean una vía de escape para el niño sobrecargado de estudios y responsabilidades, y que les ayude, además, a descansar mejor por las noches.
No obstante, la práctica deportiva incluye infinidad de tareas que van a aportar a nuestros hijos una base sólida que ayudará a definir y formar su carácter.
Antes de la práctica deportiva deben: Prepararse la mochila, acostarse pronto, ponerse el despertador para no quedarse dormidos, buscar la ubicación del campo donde jugarán, haber entrenado durante la semana para poder haber sido convocados, desayunar alimentos que ayuden a la práctica deportiva, desplazarse al campo y encontrarse con los compañeros, preparar el partido según las instrucciones del entrenador, hacer equipo con los compañeros.
Durante el desarrollo del juego deben: mostrar respeto a los árbitros, a los compañeros que fallan, al adversario cuando tiene un nivel inferior y al público, esforzarse en los minutos finales cuando las fuerzas flaquean, vencer al frío y la lluvia, sobreponerse a un fallo, tomar decisiones en décimas de segundo, «leer el partido», animar a los compañeros, competir con deportividad.
Posteriormente a la competición deben: saludar al rival y al árbitro, animar al compañero que falló, ayudar al entrenador a recoger el material, conversar con los compañeros, fortalecer la amistad con los compañeros de equipo, dejarse ayudar.
Al margen del propio beneficio personal que supone el ejercicio físico, podemos concluir que todas las tareas asociadas al mismo, también educan.