4 de diciembre del 2018
La importancia de saber trabajar en equipo
Son muchos los objetivos de la asignatura de Tecnología. Podríamos hablar de creatividad, de resolución de problemas, de programación, de pensamiento lógico… pero un objetivo básico es que los alumnos aprendan a trabajar en equipo. Es evidente que en el futuro tendrán que saber trabajar de esta manera y que será requisito imprescindible para muchos puestos de trabajo, pero en este artículo nos centraremos en las competencias que uno adquiere o mejora a corto plazo cuando uno realmente aprende a trabajar con un equipo de personas, y de ahí su gran importancia. Qué mejor para explicarlas que adentrándonos en una clase y analizándolas una a una a medida que van apareciendo.
Es la hora y previamente en una clase teórica se ha dividido la clase en grupos de tres personas. Cada uno tiene un rol: hay un coordinador, un mecánico y un programador. Cada uno asume una responsabilidad y adquiere un compromiso con el equipo ya que si uno falla, fallan todos. Cada grupo habrá de resolver tres prácticas en días diferentes y en cada una de ellas se intercambiarán los roles, de tal manera que cada uno verá dónde se siente más cómodo. Aquí se desvela ya el objetivo general del trabajo en equipo: que se aúnen las aptitudes de todos los miembros y se coordinen esfuerzos para lograr un objetivo común. Pero ahora descubriremos qué beneficios tiene este tipo de trabajo para sacar lo mejor de cada persona.
Empieza la clase y el coordinador va a por la caja con el robot mientras el programador y el mecánico le esperan en su puesto de trabajo. Resulta que uno del grupo en cuestión no se siente muy a gusto con la elección del profesor ya que hay uno que «no le cae del todo bien», ya que no piensa como él en muchos aspectos, pero decide no darle importancia; piensa que lo que realmente vale la pena en ese momento es que todos aprendan, que se lo pasen bien y que saquen buena nota. Esta persona está aprendiendo a dejar de lado sus problemas con él y a tratarlo de otra manera. En definitiva, está aprendiendo a respetarlo. Está respetando la diversidad.
Hay otro grupo que ya ha empezado la práctica y en un momento dado uno opina que el robot se tiene que programar de una manera diferente a la que ha pensado el programador durante la semana. Este último tiene que saber escuchar, ya que es posible que se haya equivocado, y tendrá que saber aceptar las críticas constructivas de su compañero. Cada uno de ellos está desarrollando sus habilidades comunicativas, que no es precisamente en lo primero que uno piensa cuando habla de Tecnología. Son competencias transversales.
La clase prosigue y un grupo se atasca porque el mecánico está bloqueado en silencio, ya que no sabe cómo hacer un robot más estable ni sabe dónde colocar el sensor ultrasónico para que detecte movimiento. El coordinador tendrá que colaborar y ayudar a su compañero para que entre los dos logren arreglarlo y llegar al objetivo común del equipo. El coordinador está siendo más empático ya que se ha dado cuenta de lo que le pasaba a su compañero y le ha ofrecido su ayuda.
La clase va terminando y hay un grupo que dice muy orgulloso que ha acabado la práctica y avisa al profesor para que la evalúe. El profesor, que es muy exigente, les dice que tienen que modificar alguna cosa cuando ellos se pensaban que lo tenían todo perfecto. Este grupo tendrá que ser flexible y cambiar en la siguiente clase lo que creían que tenían bien, en vez de empezar la siguiente práctica. Cuando uno trabaja en equipo es muy importante ser flexible porque no siempre se harán las cosas que querías, ni a tu manera ni en el momento que tenías pensado.
Así pues, se ha comprobado que en cada clase de Tecnología, al trabajar en equipo y distribuyendo roles se tocan y mejoran aspectos como la responsabilidad, el compromiso, el respeto (tanto a personas como de opiniones), la empatía, la flexibilidad, la colaboración, etc. Muchas virtudes que hay que tener en cuenta para ir creciendo como persona cada día más.