11 de mayo del 2023
¿Qué se puede hacer para evitar la obesidad infantil?
¿Puedo repetir de primero? Esta es una pregunta que se escucha a menudo en el comedor de la escuela y seguramente, también durante las comidas en casa. Con mucha frecuencia la relacionamos de forma directa con la obesidad infantil
La respuesta de los padres a esta pregunta puede estar condicionada a la asociación de que comer más, equivale a aumentar de peso. Hay que analizar con más profundidad el porqué de la pregunta si queremos acertar en la respuesta, que podría ser afirmativa o negativa según el caso.
En primer lugar hay que saber si tenemos claro que la obesidad infantil o el sobrepeso se produce por una sobrealimentación o por una carencia de actividad física. Hasta el momento en que se realiza actividad física, el gasto de energía viene producida, únicamente, para mantener las funciones vitales. En el momento que se realiza actividad física se produce un gasto de energía adicional. Este gasto adicional es lo que permitirá a un niño regular su peso. En el supuesto de que la ingesta de calorías sea inferior a las calorías que se queman, podrá haber un descenso del peso corporal. En caso contrario, es cuando el efecto, evidentemente, es a la inversa.
Otros factores que pueden provocar obesidad infantil
Hay otros factores que pueden provocar este sobrepeso y obesidad infantil. La aparición de las nuevas tecnologías han provocado un sedentarismo mucho más influyente en el aumento de los índices de obesidad infantil en la sociedad. Evidentemente que la actividad física requiere un esfuerzo tanto físico como mental a lo largo de su práctica y que es mucho más cómodo estar sentado —o incluso estirado— en el sofá utilizando aparatos electrónicos como entretenimiento. Si esta situación se da a menudo, hará falta una reflexión familiar para ver como enderezar la situación y fomentar otro tipo de entretenimiento más saludable, como la práctica deportiva.
Pero si solo enfocamos la importancia de la práctica de actividad física infantil desde el punto de vista del equilibrio ingesta/quema de calorías, podemos olvidar otros muchos beneficios de esta práctica para los niños.
En la escuela, hay diferentes momentos de la jornada lectiva donde los alumnos realizan actividad física. El principal momento está en clase de educación física. En este punto, me gustaría hacer un pequeño inciso sobre la nomenclatura del Área de Educación Física. Como bien dice su nombre, se trata de una asignatura que promueve aspectos muy diversos: desde el cuidado del cuerpo y de la salud, hasta la adquisición de conocimientos, desarrollo de las habilidades motrices y las capacidades físicas básicas (fuerza, resistencia, velocidad y amplitud de movimiento). Por eso referirnos a la educación física como «deporte» o «gimnasia» sería un reduccionismo que nos privaría comprender todo su valor y sus beneficios para nuestro estado de salud general.
En las clases de educación física, pues, al ser casi todo práctico, los alumnos trabajan físicamente y este movimiento les provoca un gasto adicional de energía que ayuda en la regulación del peso corporal.
También hay otros momentos donde los alumnos continúan moviéndose. Estos son los deportes extraescolares y los ratos de descanso donde mayoritariamente los alumnos siguen jugando o haciendo deporte.
Toda esta actividad física infantil que se realiza a lo largo de la jornada tiene muchos beneficios. En cuanto a la salud, los beneficios se reflejan en el ámbito metabólico, cardiovascular y circulatorio, muscular y sobre el sistema óseo. Evidentemente, sirve también para prevenir la obesidad infantil.
Beneficios psicológicos de la actividad física
Tampoco podemos obviar los beneficios psicológicos que reporta la actividad física. En el momento de practicar cualquier actividad física o deporte, el cerebro produce más neuronas y conexiones entre ellas. Esto provoca un incremento de la capacidad de tomar decisiones, pensamiento y aprendizaje.
Además, la práctica de una modalidad deportiva reglada, en la que los niños tienen que respetar una serie de normas, se muestra beneficiosa más allá de la mejora en la salud corporal. Este respeto hacia las normas tiene una alta utilidad educativa y socializadora que les ayuda en su formación global
En el caso de la práctica de modalidades deportivas con un alto grado de necesidad aeróbica se produce también una disminución del estrés, mejora de la calidad del sueño, aumento del nivel de autoestima y se produce una mejora en la sintomatología respecto a la ansiedad. Es decir, los niños, una vez realizada esta actividad física, están en una situación más relajada y abierta que antes de comenzarla.
Tengo la oportunidad de comprobar a menudo este hecho a primera hora del día. Los alumnos que han participado en las sesiones extraescolares de atletismo de las 8:00 de la mañana presentan, generalmente, un estado psicológico mucho más relajado y menos excitado que el resto de compañeros que se incorporan directamente a la primera clase del día.
Actividades extraescolares deportivas.
En último lugar, me gustaría hacer referencia a la importancia del modelo que puede aportar el ejemplo del padre y la madre practicando actividad física. Junto con el departamento de Educación Física de la escuela, son un referente en la adquisición de hábitos saludables para sus hijos.
Por lo tanto, ya lo sabéis, todo el mundo a realizar actividad física!
Algunos enlaces de interés
1. https://revista-apunts.com/wp-content/uploads/2020/11/083_012-024CT.pdf
2. https://revista-apunts.com/wp-content/uploads/2020/11/01C_107.pdf
3. https://blocs.xtec.cat/educaciofisicacastelldecalafell/recursos-per-treballar-la-dimensio-dhabits-saludables/
4. https://activasalut.wordpress.com/beneficis-de-lactivitat-fisica/
5. https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1578-84232019000300005