26 de noviembre del 2021
¡MÚSICA, MAESTRO! – EXPERIENCIAS MUSICALES CURRICULARES
Por qué hay que hacer música en el aula (y por qué nos cuesta tanto)
Todos los estudios neurocientíficos —y se han hecho muchos— que ponen en relación la influencia de la música en el desarrollo cognitivo de niños y jóvenes llegan a la misma conclusión: educar el oído con la práctica musical mejora la atención y la percepción, aumenta la sensibilidad y favorece la capacidad de socialización.
Cuando, además, se trabaja con cualquier instrumento musical (la voz incluida) nuestro sistema auditivo se afina, se ejercita la memoria en estructuras melódicas y rítmicas complejas, la coordinación y la motricidad mejoran, y aflora la creatividad.
Música Académica
Por el hecho de someterse a una disciplina de trabajo exigente como es la música, los estudiantes mejoran el proceso de aprendizaje, el hábito de estudio, la responsabilidad y el esfuerzo. Por eso no es nada extraño que el rendimiento académico de estudiantes que cursan estudios musicales sea mejor que el de la media.
Ante tantas evidencias, es extraño que la enseñanza de la música en las escuelas tenga tan poca presencia en el currículum. Ningún centro verdaderamente comprometido con la tarea de educar puede “hacer oídos sordos” y obviar una fuente tan rica como esta; con los recursos al alcance —y cuando no se tienen, tirando de creatividad— los resultados son casi inmediatos: la música se convierte en un perfecto eje transmisor, un beneficio en múltiples aspectos y un gozo en sí misma, difícilmente igualable.
“Sí, la educación musical y la experiencia vivencial de la música en la escuela es imprescindible: nos ayuda a descubrir el arte, a escuchar de forma creativa, a percibir mejor el mundo sonoro que nos rodea, a captar la emoción de un producto y de su creador o intérprete, a comprender lo abstracto.»
Maria Eugènia Arús Leita
Pianista y compositora. Profesora de la facultad de Educación de la Universitat de Barcelona.
Santa Cecilia y otras citas anuales
Cuando el actual jefe del departamento de música de Viaró empezó, hace muchos años, la tradición de ofrecer un concierto alrededor de la fiesta de Santa Cecilia, patrona de la música, no pocos en el colegio pensamos que la idea no tendría recorrido: que si los adolescentes no están acostumbrados a sentarse y escuchar música culta; que si los intérpretes no serán suficientes buenos; que si se pierden horas de clase…
Los años han ido pasando, igual que han ido pasando las ediciones del concierto de Santa Cecília de Viaró. Nos equivocábamos quienes no veíamos el sentido de aquella cita anual. Pero hoy celebramos la tenacidad de los profesores de música que estaban —y están— convencidos que el proceso de aprendizaje a través de la música se enriquece con el ensayo/error, con la práctica y con la experiencia de actuar ante el público.
Los artistas son alumnos —a veces con la colaboración de algún profesor— que lo han solicitado previamente (o han sido invitados a tocar y cantar), y han ensayado bajo la dirección de departamento de música. Nada más y nada menos.
Hoy ya se cuentan por centenares los alumnos de Secundaria que han pasado por el escenario del recital musical anual, actuando ante los compañeros de curso o ciclo. Sus éxitos, y también los desaciertos fruto del nerviosismo, son una excelente lección para unos y otros. Porque la música les ha permitido expresarse artísticamente y también experimentar la presión de actuar en público y les ha mostrado el valor del esfuerzo, la concentración, o la atención, por ejemplo…
Además, a raíz de esta cita anual, se han ido sumando otros acontecimientos musicales que hoy salpican todo el calendario escolar: eventuales conciertos solistas o de formaciones diversas, recitales de los alumnos de la Escuela de Música de Viaró, etc. En resumen, todo un abanico de pequeños grandes conciertos que tienen como gran secreto la “sencillez” de la puesta en escena —una logística ágil, un repertorio diverso y un público próximo— y el premio de la propia experiencia. La música recompensa siempre.
El teatro musical: una fiesta de Navidad 100% curricular
Desde 1992 Viaró ofrece a las familias un regalo de Navidad con forma de espectáculo musical. Se trata de una obra de teatro en la cual participa todo el colegio sin excepción interpretando, cantando y bailando por cursos sobre el escenario una historia con un hilo conductor. El musical ha ido evolucionando técnica y artísticamente hasta convertirse en una tradición navideña del colegio que es vista en directo por miles de personas —y después, en la versión de audio, escuchada por las familias hasta la extenuación…
En el ámbito estrictamente musical la “Fiesta de Navidad” cuenta hoy con la participación de cantantes solistas en directo, el acompañamiento vocal de las diversas corales de Viaró y la composición propia —original— de todos los temas musicales (tanto la música como la letra de las canciones). Además, está la parte coreográfica en la cual toman parte todos los alumnos de todos los cursos desde 1º de Primaria hasta 4º de Secundaria. Dedo de otro modo: todo el colegio participa en la preparación y ejecución de la Fiesta, cantando y bailando la coreografía del grupo-clase o como actores protagonistas.
¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí?
Para trabajar las coreografías se parte de unas sesiones sobre la expresión corporal (el control del cuerpo, el equilibrio, el sentido del ritmo, y la expresividad estética) que se desarrollan y evalúan en la clase de Educación Física; después los tutores seguirán las pautas marcadas por los coreógrafos de la Fiesta para que los alumnos describan con el baile (y cantando) su respectivo número del musical.
Para trabajar la parte de canto se hace un casting para elegir a los chicos que pueden asumir mejor el rol concreto que requiere este o aquel personaje; después estos alumnos hacen sesiones de preparación con los directores de coral —respiración, proyección, vocalización… — y graban el audio de todo el espectáculo y, evidentemente, actúan en las tres funciones del espectáculo en directo. También las corales participan activamente en la preparación grabación y actuación —a menudo con un número propio en cada musical.
Y en cuanto a la parte compositiva son también alumnos, profesores e incluso alumni los autores tanto de la letra como de la música de todos los temas del espectáculo. Componen, interpretan y graban las piezas que formarán parte del disco y sonarán el día de la Fiesta… y durante meses en los coches de tantas familias de Viaró.
Un ordinario espectáculo extraordinario
La historia de la Fiesta de Navidad es muy larga y no se entiende sin la perspectiva del tiempo y un componente esencial: el trabajo en equipo. Se hace difícil imaginar como se puede mover un colectivo de más de 1.000 personas con un mismo objetivo y una ilusión compartida año tras año si no fuera porque todo el mundo en Viaró asume la Fiesta como algo que le pertenece. Es un regalo a las familias muy exitoso porque se hace con el corazón y con la suma del talento y el esfuerzo de todo el mundo. De lo contrario sería imposible…
Para los próximos años, la Fiesta de Navidad tiene como gran objetivo que toda la preparación sea 100% curricular. Las coreografías, la escenografía, el utillaje ya están integrados en la evaluación de algunas áreas; en la parte musical todavía tenemos recorrido para encajarla totalmente en el currículum ordinario, y del mismo modo, en la de lengua queremos incluir toda la parte de creación del texto y su comprensión.
En cualquier caso se trata de que todo lo que se haga en el colegio tenga un sentido pedagógico, y se saque provecho académico de cualquier tipo de actividad, tenga la vertiente que tenga. Y no son pocas las vertientes que ofrece cada año un musical de todo un colegio.
Las corales de alumnos y mayores
“Nos juntamos y cantamos”, dicen los miembros más pequeños de la coral de alumnos. Viaró cuenta hoy con varias agrupaciones de voces por edades: la coral de alumnos de Primaria y Secundaria, la de Bachillerato, y la de Madres, Padres y Alumni. En cada caso sus miembros “se juntan y cantan”… y mucho más: al trabajo propio de la voz —respiración, tesitura, ritmo, posición, vocalización, escucha, análisis…— hay que sumar el elemento socializador de cantar con otras personas: la cohesión de las voces, la capacidad de escucha, la interacción con los otros (y con el público) y la socialización.
Cada director de coral tiene su estilo, su manera de hacer; cada coral es única por eso: tiene su personalidad. Además, las condiciones, ritmos y tiempos de trabajo son diversas: por ejemplo la Coral de Alumnos de Primaria y Secundaria ensaya dos veces por semana. Durante una hora un día (separando Primaria y Secundaria) y una hora y media el otro (con sus treinta componentes juntos); la de Bachillerato ensaya una hora cada viernes después de clases; la de Madres, Padres y Alumni lo hace los miércoles por la noche, de 21 a 23 h…
Lanzarse a la aventura y perseverar
La cuestión es encontrar el modelo que funcione, los cantantes y el director animados y empezar. La tarea de sacar adelante una coral —sobre todo cuando se quiere hacer algo de cierta calidad— es lenta y persistente; a menudo se tardan unos cuántos años en ver los frutos. Pero el placer de cantar se experimenta desde el primer momento, con la primera pieza del repertorio.
Es obvio que un cantante canta porque esta experiencia le llena, le hace feliz. En el caso de las corales de Viaró también es una obviedad que el mismo foco que ilumina a los artistas se invierte, para iluminar a través del arte: hablamos de la función social de las corales, el servicio que dispensan tanto a la institución misma (los actos propios del colegio) como las residencias, hogares de ancianos y de acogida, hospitales, etc. donde son requeridas para actuar.
EMV: Escuela de Música de Viaró
Tener la oportunidad de contar con una escuela de música dentro del colegio permite ir un paso más allá en todos los aspectos que hemos descrito más arriba; la escuela de música de Viaró (EMV) ofrece a todos los alumnos de cualquier etapa educativa una programación paralela y complementaria a la curricular. Es más sistemática, completa y también específica —con el estudio y práctica de un instrumento— que la formación que se recibe ordinariamente en el aula.
Además, la EMV tiene un convenio con el Conservatorio del Liceo que asegura la exigencia y el nivel, y proporciona parte del profesorado que imparte las clases, así como el programa y procedimientos metodológicos.
La diferenciación —la enseñanza personalizada a través de clases particulares o de grupos muy reducidos— hace que se puedan trabajar con cada alumno de forma individual sus aptitudes musicales y sus puntos de mejora propios.
Referencias y artículos
Artículo de interés: Música y creatividad en el desarrollo cognitivo y emocional (vicensvives.com)