Trabajar los buenos modales en verano con los niños puede ser una experiencia divertida y educativa. Durante el verano, generalmente, ponemos a toda marcha las relaciones interpersonales con familiares, amigos, vecinos… por ello es un momento fantástico para trabajar las formas de cortesía y educación con nuestros hijos. Veamos cómo podemos hacerlo y qué modales específicos podemos enseñar y/o practicar con nuestros hijos:
1) Saludar y despedirse siempre:
- Enseñémosles a saludar y a despedirse— de manera educada— de aquellos que nos rodean, diciendo “hola”, “adiós”, “buenos días”, “buenas tardes”, “buenas noches”… Si tenemos hijos un poco tímidos podemos empezar saludando con la mano y con una sonrisa antes de hacerles emplear el lenguaje.
- Diferenciemos la familia y amigos más cercanos. Enseñémosles otras formas más próximas y cariñosas de saludar y/o despedirnos, dando un beso o un abrazo, según las costumbres de cada familia. De esta manera, los niños desde bien pequeños empiezan casi sin darse cuenta a diferenciar el trato familiar del trato más formal.
2) Decir “por favor”, “gracias” y “perdón”:
- Para educar en los buenos modales en verano, reforcemos el uso del “por favor” al pedir algo y del “gracias” al recibirlo. No pasemos ocasión para recordarles esta norma básica de educación.
- A través del juego simbólico, podemos interpretar mil roles para practicar estas frases en diferentes situaciones (Jugar a restaurantes, a tiendas, a familias, a médicos, a peluquerías…) Poco a poco, a través del juego y de nuestro ejemplo iremos modelando las formas de cortesía de los más pequeños.
- Animar a ser agradecidos: después de cada comida, cada vez que algún familiar te ayuda o te presta algo…
- También es fundamental que los niños aprendan a disculparse cuando se equivocan o cometen algún error sin querer. Por ello es importante que nosotros seamos los primeros en pedir perdón espontáneamente y en voz alta y clara cuando nos equivocamos.
3) Respetar turnos y compartir:
- Para aprender buenos modales en verano, podemos organizar juegos donde deban esperar su turno, como juegos de mesa, juegos de pistas al aire libre o actividades grupales (relevos, juego del pañuelo, juego del “pica paret” …).
- También es bueno compartir juguetes y materiales durante las actividades y los juegos (con los hermanos, en la zona comunitaria, en el parque, en la playa…) para educar los buenos modales en verano
4) Comportarse en la mesa:
- Es necesario practicar modales en la mesa durante las comidas familiares. Los niños aprenden por imitación. Aprovechemos el verano para comer todos juntos, seamos modelos para ellos.
- Comiendo todos juntos, podemos aprovechar para mostrarles cómo sentarse correctamente en la silla, cómo mantener una buena postura, cómo usar correctamente los cubiertos, la servilleta y/o el babero, que debemos intentar no hablar con la boca llena, pedir “por favor” que nos pasen las cosas, comer todo y de todo… ¡Guerra al capricho!
5) Usar el tono de voz adecuado:
- Es necesario hacerles entender cuándo es apropiado hablar en voz baja (cuando algún hermanito duerme u otro hace deberes, cuando papá o mamá trabajan o atienden una llamada…) como muestra de respeto y cuándo y dónde pueden ser más ruidosos.
- Para entrenarles en los buenos modales en verano, a través de juegos, podemos llevar a cabo actividades que requieran silencio (juego de la gallinita ciega, juego de las estatuas, juego de pasar palabras al oído…) y otras donde puedan expresarse más libremente (Juegos de movimiento como el pillapilla, el juego de las sillas, el veo veo, la rayuela…)
- Con nuestro ejemplo también es bueno enseñarles a adaptar el tono de voz no solo en función de dónde estamos, sino también, según el receptor que tengamos delante. No podemos hablar del mismo modo a un semejante, otro niño que a un adulto. Poco a poco nuestros hijos irán aprendiendo a cambiar el registro (formal o informal) según la situación en la que se encuentren.
- Atención, seamos modelos al expresarnos. Evitemos expresiones vulgares o palabrotas, pues los niños lo captan todo y lo repiten. En caso de que nuestros hijos hablaran de forma inadecuada, evitemos a toda costa reírnos, expliquémosle que esas palabras pueden molestar o herir a los demás, digámosle el significado real de dicha expresión o palabra, enseñémosle otras formas correctas de decir lo mismo y procuremos que se disculpe.
6) Ser amable y ayudar a los demás:
- Intentemos fomentar actos de amabilidad, como ayudar a poner la mesa, recoger la ropa tendida, doblar calcetines… Podemos involucrar a los niños en las tareas domésticas e infundir en ellos la idea de equipo familiar: “trabajando todos juntos, las cosas salen antes y mejor”. Por lo tanto, cada hijo debe tener un encargo.
- Elogiemos y reforcemos sus comportamientos de ayuda y empatía hacia los demás. Es importante cuidar el trato hacia todos los que nos rodean.
- Demos ejemplo de darnos a los otros, de dedicar tiempo a los que nos necesitan o nos quieren. Podemos bajar a la playa, a la piscina… 10 minutos más tarde para dedicar ese rato a escribir una carta a los abuelos o a algún familiar, o para llamarles. Es muy bonito posponer una actividad para dedicar tiempo a los demás.
7) Cuidado personal y del entorno:
- Es necesario que mostremos a los niños la importancia de la higiene personal, como lavarse las manos antes de comer, dejar los zapatos o bambas en la entrada de casa para no llenarla de arena, no entrar mojados de la piscina…
- Podemos aprovechar este tiempo y trabajar los buenos modales en verano para enseñar a los niños cómo vestirnos para cada ocasión: para ir de excursión, para ir a la piscina, para jugar a futbol, para ir a cenar… Es bonito ver cómo van consiguiendo adaptar su porte externo a cada acontecimiento.
- También podemos involucrarlos en actividades de limpieza y organización del hogar o del espacio de juego. Ello les ayudará a crecer en autonomía, responsabilidad y respetando el cuidado por su entorno.
Por último, recuerda estos tips para reforzar buenos modales a nuestros hijos en edades tempranas:
Trabajar los buenos modales en verano puede ser una excelente manera de preparar a los niños para sus futuras interacciones sociales. Además, estas actividades no solo son educativas, sino que también pueden ser divertidas y pueden ayudarnos a crear bonitos y positivos recuerdos familiares.
Carmen Arnalot
Tutora Infantil 4B
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