El adviento y la Navidad conforman probablemente la época más entrañable del año. Es una festividad llena de magia y fantasía. La generosidad, la solidaridad, la alegría y los nervios nos invaden a mayores y a pequeños.
“La Navidad, tiempo para dar, tiempo para compartir, tiempo para amar”
El espíritu navideño nos invita a disfrutar de mil y un planes familiares con los más chiquitines de casa. En todos ellos, lo más importante es el tiempo y las emociones compartidas. Ahí van algunos de ellos:
Es vital que las luces, las comidas, los adornos, los regalos, los vestidos, los planes… no nos hagan perder de vista el motivo de la celebración de la Navidad: el nacimiento del niño Jesús. Para que los más pequeños puedan entenderlo y vivirlo, es bonito explicarles y leerles cuentos navideños sobre la historia del nacimiento del niño Jesús. Estos les ayudan a conocer el verdadero significado de la Navidad.
A la hora de escribir la carta a los Reyes Magos es muy importante evitar la sobre carga de regalos y peticiones. Debemos tener en cuenta que los niños no sólo reciben regalos en casa, sino también en casa de sus abuelos, tíos, padrinos… El abuso de regalos puede volver a los niños más pasivos que activos y puede hacerles perder la ilusión por el juego.
Para poder guiar a nuestros hijos a la hora de escribir su carta a los Reyes Magos debemos tener claras algunas ideas básicas sobre el juego:
Por ello, debemos intentar encaminar a nuestros hijos hacia una buena elección de juguetes que le permitan llevar a cabo un buen juego.
A esta edad es bueno buscar juegos y juguetes que potencien su autonomía y responsabilidad, su fuerza de voluntad, su capacidad de atención, concentración y decisión, que estimulen su lenguaje (habla, comprensión y expresión) y les ayuden a clasificar, emparejar…
Por ejemplo:
Y evitar los juguetes excesivamente mecanizados porque les robotizan y les evitan pensar; se lo dan todo hecho. ¡Apretar un botón no es jugar!
A partir de aquí, sólo me queda desearos una Feliz Navidad y una mágica y espectacular noche de Reyes. Recordad que no es el tamaño ni el número de regalos lo que importa sino la ilusión y el amor con el que se hacen y se reciben.
“Los Reyes le regalaron oro, incienso y mirra… y el Niño regaló a toda la tierra amor, esperanza, paz y alegría, cosas que no se compran en las tiendas pero que todos podemos regalar y recibir todos los días”
¡Llenemos nuestra Navidad de todas ellas!
Carmen Arnalot
Tutora P5B
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