9 tips para aprender a gestionar la frustración

Hoy vamos hablar un poquito sobre cómo nosotros podemos ayudar a nuestros pequeños a gestionar la frustración, una emoción común en el desarrollo infantil.

Es una emoción común porque cada día se enfrentan a nuevos desafíos que no pueden abordar de inmediato, ya que están en plena etapa de desarrollo. Esta incapacidad para hacerlo les puede generar frustración.

Por otro lado tienen un pensamiento egocéntrico, en el que creen que todo gira a su alrededor y que se lo merecen todo. Por lo que cuando no es así, les genera frustración. Además, están aprendiendo a controlar sus emociones, y sus respuestas son más descontroladas.

También la falta de paciencia y la necesidad de respuestas rápidas, fomenta esta emoción. Esto puede ser consecuencia del entorno inmediato en el que se encuentran, como la rapidez con la que se le atienden sus demandas o la velocidad de respuesta a sus necesidades.

Por estas y otras razones, es normal que vuestros hijos/as se frustren más a lo largo del día.

Ahora bien, nosotros debemos percibir estas situaciones como una oportunidad para brindarles apoyo emocional y enseñarles habilidades para gestionar la frustración. Si les evitamos situaciones frustrantes, no les damos la oportunidad de enfrentarse y superarse ante situaciones difíciles o de fracaso, por lo que pueden desarrollar una baja tolerancia a la frustración.

Tips para enseñarle a gestionar la frustración

A continuación, os dejo algunos tips que pueden ser de utilidad, para gestionar dichas situaciones:

1. Mantén la calma y evita reaccionar de manera negativa. Tu respuesta tranquila puede ayudar a calmar a tu hijo/a y enseñarle que es posible manejar la frustración de manera efectiva.
2. Valida sus sentimientos. Puedes decirle algo como "Parece que estás muy frustrada en este momento, ¿verdad?" Esto le ayuda a sentirse comprendida.
3. Anímale a expresar sus emociones de manera verbal. Pregúntale cómo se siente y si quiere hablar al respecto. Escucha con empatía.
4. Anima a tu hijo/a a pensar en soluciones para abordar la situación que la frustra. Pregúntale qué podría hacer para mejorar las cosas.
5. Ofrece tu ayuda si la situación lo requiere. Evita resolver el problema por él/ella, pero bríndale orientación si es necesario.
6. Enséñale a ver la frustración como una oportunidad de aprendizaje. Pregúntale qué puede aprender de la situación y cómo podría enfrentarla de manera diferente en el futuro. Anima a tu hijo/a a perseverar y a no rendirse fácilmente.
7. Ofrécele consuelo físico si es apropiado. A veces, un abrazo puede ser reconfortante.
8. Sé un modelo a seguir al manejar tus propias frustraciones de manera positiva. Los niños aprenden mucho observando cómo los adultos enfrentan los desafíos.
9. Establece expectativas realistas. Asegúrate de que las expectativas que tienes para ellos son realistas y acordes a su nivel de desarrollo. Esto puede contribuir a evitar situaciones frustrantes innecesarias.

En conclusión, nuestro papel no es evitar que se frustren por completo, dado que son situaciones de aprendizaje necesarias para un óptimo desarrollo. Sin embargo, debemos ayudarles a generar habilidades para gestionar la frustración de manera efectiva. Recuerda, cada niño es único, así que ajusta tus enfoques según su personalidad y necesidades específicas.

Anna Cartañá
Tutora I3A