Y ahora, ¿qué pasa con mi bebé?

La llegada de un hijo supone una alegría y una donación muy grande. Mente y corazón se abren y enriquecen.

Pero hacerse cargo de una personita que no es capaz de hablar, tan delicada y que lo necesita todo de ti para salir adelante puede abrumar. Y es todo un reto conciliar la actividad laboral con el cuidado de los hijos. Tampoco es lo mismo cuando es el primero, el segundo, el tercero…

Está claro que lo mejor para un bebé en sus primeros años de vida es el calor y el afecto de mamá y papá. Pero nuestra realidad actual no facilita que eso siempre sea posible las 24 horas del día. Además, también es importante reconocer que uno no nace sabiendo ser padre y que es importante formarnos. Y pedir orientación profesional en esta materia igual que nos formamos para ejercer bien cualquier trabajo. La familia es nuestro mayor proyecto y requiere que invirtamos los mejores recursos en ella.

Si tenéis la opción de poder educar a vuestro/a hijo/a en casa, esta formación o asesoramiento especializado del que os hablaba es más que aconsejable. Para que, además de ofrecerle vuestro tiempo y dedicación, podáis ofrecerle una educación igual o mejor que la que tendría en una escuela infantil. Tampoco se trata de que los padres deban estimular excesivamente el desarrollo. Es algo que fluye naturalmente, se trata de no obstaculizar el proceso. A veces, la atención a los más pequeños es de menor calidad debido a la continua preocupación paternal sobre aspectos externos.

No obstante, es muy probable que pronto tengáis que reincorporaros a trabajar o que haya momentos en los que no podáis dedicaros las 24 horas del día. Y es el momento de preguntarse, y ahora ¿qué hacemos con nuestro bebé o peque?

Como madre de familia y especialista en educación infantil os diría que a la hora de tomar la decisión hay que considerar qué es lo más conveniente para el pequeño. Que la familia tenga claras sus prioridades y buscar la opción que se alinee mejor con vuestro proyecto familiar.

Además, desterrar la idea de que la escuela infantil es un lugar dónde guardar a la criatura durante un tiempo, para entretenerse, pintar y jugar, porque lo que ocurre en las aulas es mucho más trascendente.

1.  EL ACTO EDUCATIVO ES ANTE TODO UN ACTO DE AMOR

Los niños de 0 a 3 años necesitan no solo cuidados sino vínculos afectivos. El niño necesita sentir nuestro cariño. En Viaró Infantil entendemos que cada niño es único e irrepetible y que la diferencia nos enriquece. La observación y una mirada apreciativa nos ayudará a conocer mejor a cada uno, buscando lo mejor para él.

Un entorno afectivo que impulsará también las relaciones entre niños y niñas y contribuirá a desarrollar habilidades sociales. 

2.  EDUCACIÓN PERSONALIZADA

La esencia de Viaró Infantil es la educación personalizada que ayuda enormemente a vosotros -los padres- en el conocimiento de vuestros hijos. Los padres como principales educadores sois los que desarrolláis el proyecto educativo personal de cada hijo y las tutoras son las que colaboran con vosotros para llevarlo a cabo y os asesoran como profesionales de la materia.

Gracias a la mirada atenta, afectiva y profesional de las profesoras, os ayudaremos a reconocer su temperamento innato, sus ritmos, sus estilos de aprendizaje para poner los medios -en el cole y en casa- necesarios para sacar lo mejor de cada hijo. Siempre, desde una visión global de la persona, ayudándole a crecer en autonomía, conocimiento de sí mismo, habilidades, conocimientos, valores…

3.  ESCUELA FAMILIAR

La labor profesional del personal no docente es indispensable para el buen funcionamiento de nuestra escuela infantil y ayudan a cuidar un ambiente familiar acogedor y alegre. Viaró atiende su formación humana y profesional.

Tener cocina propia siempre es un valor muy importante. En las primeras etapas de la vida, la nutrición cobra un papel esencial ya que será responsable de asegurar un crecimiento físico y cognitivo saludable. Cocinar a diario en la cocina de la escuela, con materias primas de calidad y garantías de higiene es un factor diferencial. Además, permite adaptar ingredientes y personalizar menús siguiendo las directrices de los pediatras y las necesidades de niños alérgicos o intolerantes.

Además, vosotros sois los principales protagonistas en la educación de vuestros hijos. El equipo os acompañará y atenderá en todo momento y procuraremos adaptarnos a vuestras necesidades y flexibilizar horarios. Vuestro hijo puede venir a partir de los 4 meses, de 8 a 18h.

4.  ¡DARLE ALAS! TIEMPOS Y ESPACIOS PARA CRECER

Viaró infantil propone un ambiente seguro, estable y estructurado que se compone de rutinas muy claras, unos horarios y unos rituales con los que los niños van creando esquemas internos sobre el mundo que les rodea.

Asimismo, tu hijo puede desarrollar su necesidad de exploración y curiosidad, además de otras habilidades a través del juego, como la autonomía personal, el cuidado de las cosas, la alimentación, la higiene, el sueño…

Un centro con aulas amplias, luminosas y bien ventiladas. Y mucho espacio al aire libre en un entorno natural inmejorable. No podemos sentar horas y horas en sillas a niños que están descubriendo el mundo. Nuestros espacios facilitan el movimiento libre y la actividad motriz. Además, realizan psicomotricidad a diario. De este modo contribuimos a que el niño crezca sano, alegre, cada vez más seguro por el mayor dominio corporal y psíquico.

5.  ¡ES EL MOMENTAZO! EDUCACIÓN TEMPRANA

El código genético es el que marca las posibilidades del desarrollo cerebral, según la estimulación que le demos en esta primera etapa, será mayor o menor. Los primeros 6 años de vida son los años de mayor plasticidad neurológica y psicológica. La neurociencia nos dice que durante los tres primeros años de vida se crean ¡más de un millón de conexiones neuronales cada segundo!

Su disposición al aprendizaje es mayor y se asientan además los cimientos de su desarrollo. Ponemos énfasis en trabajar todas las vías de acceso al cerebro, así como en las formas de interacción con el mundo que los rodea con espacios y materiales cuidados.

Los períodos sensitivos son momentos en que los que el niño está especialmente predispuesto a aprender ciertas cosas con más facilidad. Conocerlos y saber aprovecharlos es clave.

El cerebro tiene millones de neuronas y lo importante es que entre ellas estén conectadas. Cuanta más estimulación, mayor número de conexiones y cuanto mayor número de conexiones, en vez de tener carreteras nacionales tendremos autopistas y el aprendizaje será más fácil.

Por todo esto, contamos con múltiples y distintas propuestas que- sin forzar- permiten ventanas de oportunidad para vuestro hijo. Así, por ejemplo, la estimulación musical fomentará el desarrollo de su memoria, imaginación o creatividad. O nuestra propuesta trilingüe permite que aprendan idiomas en el futuro con una mayor naturalidad y rapidez.

6.  EDUCACIÓN EMOCIONAL

En los primeros años de vida, los niños se enfrentan a distintas emociones, como el enfado, el miedo o la frustración, y sin apenas recursos para entenderlas. En esta etapa, las educadoras les enseñan a identificar las emociones, a legitimarlas y gestionarlas de una forma adaptativa. Nuestro equipo sabe de la importancia de establecer narrativas de lo que va ocurriendo, para que los más pequeños puedan ir comprendiendo e integrando lo que sienten y sucede a su alrededor.

7.  SALIR DE UNO MISMO… ¡ABRIRSE AL OTRO!

Como en una familia numerosa, los niños tienen que compartir espacio y materiales, además de aprender a esperar (como el tiempo de atención por parte del adulto). Eso les permite entender que las demás personas también tienen necesidades, y a ir tomando poco a poco conciencia de las normas que rigen la convivencia: el amor, el respeto, la generosidad y el cuidado por uno mismo y por los demás.

8.  JUGAR APRENDIENDO, APRENDER JUGANDO

Mediante el juego y la exploración sensoriomotora favorecemos la capacidad cognitiva y motriz y estimula el desarrollo del pensamiento.

El juego es la vía principal de aprendizaje del niño: por eso en la etapa de Infantil a través de él se plantean todos los objetivos. Se trata, en algunas ocasiones, de un juego dirigido y, en otras, libre, para que ellos investiguen y exploren de tal manera que tengan oportunidades para ir adquiriendo las herramientas por sí solos.

9.  JESÚS, SU AMIGO

Nuestra escuela tiene una visión cristiana de la vida. ¿En que lo notaréis? En el trabajo bien acabado del equipo y en el amor a lo que hacemos. Es algo que no se explica, si no que se palpa.

Conscientes de que la formación espiritual es tarea de los padres, nosotros solo os acompañaremos en la transmisión de la fe.

De los 0 a los 6 años se forjan los cimientos de la persona. No se van a ver, pero si son robustos y firmes, el niño irá creciendo sobre una base segura. Será un edificio que podrá crecer muy alto porque tiene todo lo necesario para que se sustente: unos buenos hábitos, una correcta autonomía y la adecuada maduración neurológica del cerebro.

De ahí que un buen proyecto educativo en esta primera etapa, con los mejores docentes que lo lleven a cabo, y apoyados por los principales educadores, los padres, hacen que los primeros años sean claves para el éxito en la vida de una persona.

¿Os habéis decidido?

Merce Cavero

Coordinadora Pedagógica