proyecto nairobi 2022

Diario del Proyecto Nairobi 2022


Día 1 | Proyecto Nairobi 2022

Ya estamos aquí. Después de meses de preparación, organización de eventos para recaudar fondos y mucho papeleo, hemos llegado a Nairobi para hacer nuestro voluntariado.

La llegada ha sido bastante tranquila de no ser por algún que otro susto con el dichoso papeleo. Nada que no se haya podido solucionar con un poco de buena fe por parte de la gente de las aduanas. Alguno que otro había hecho el visado para entrar también en Uganda y eso ha sido sospechoso en la entrada al país. Pero al final, gracias a Dios, se ha quedado en anécdota.

Tras conocer el aeropuerto de Dubai en donde hemos hecho escala en nuestro viaje, el contraste con el JKIA (aeropuerto de Nairobi) se ha puesto más en evidencia. La verdad es que las infraestructuras de este país dejan mucho que desear. Después de pasar varios controles (vacunas, visado, pasaporte y aduana) teníamos a Moses y Weasly esperándonos en la puerta de aeropuerto con un autobús en donde pudiéramos caber los 42 participantes de este voluntariado.

Moses y Weasly llevan con nosotros desde que empezamos el proyecto hace ya cinco años y tienen unas historias muy bonitas que ya os contaré en otro mensaje.

Tras cargar todas las maletas en el matatu (así llaman los locales a los autobuses de la zona) los chicos han empezado a cantar con las guitarras que hemos traído. La ilusión de haber llegado era visible, pero poco a poco se ha ido haciendo el silencio, ya que nos íbamos adentrando en barrios más humildes de la ciudad. El primer impacto cuando llegas es fuerte: tres motoristas sin casco en una sola moto, mucha gente descalza andando por la calle, vacas paseando entre la multitud con total normalidad y sobre todo mucha pobreza y sensación de caos. La verdad es que es difícil de describir. Y es únicamente una sensación desde la ventanilla de un matatu.

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La llegada a ECT (Eastlands College of Technology) ha sido relativamente rápida. Allí estaban esperándonos una serie de personas que nos acompañarán estos días. Entre todos hemos subido las maletas a la zona de habitaciones. No ha sido difícil hacer la distribución, ya que había una reservada para los mayores y otras dos con unas diez literas dobles cada una. Creo que en unos días estas habitaciones serán auténticas leoneras.

Para recibirnos nos han preparado una comida que hemos agradecido mucho, porque eran casi las cinco de la tarde. Mientras tanto, por el slum ha corrido la voz de la llegada de los mussungus y han empezado a llegar niños del slum para jugar a fútbol con nosotros. Tendríais que ver la cara que han puesto cuando han visto que nuestro balón de fútbol no es una especie de trapo pinchado, sino uno de verdad. Y así hemos pasado la tarde, jugando con los niños hasta que hemos tenido la Misa a última hora del día.

Después de cenar nos hemos reunido para explicar algunas cosas de nuestro plan de estos días y hemos aprovechado para rezar el rosario antes de irnos a dormir para prepararnos para unos días que van a ser muy intensos.


Día 2 | Proyecto Nairobi 2022

Hoy ha sido uno de esos días que los chicos grabarán en sus memorias para siempre. Han tenido su primer contacto con el slum. Y eso no deja a nadie indiferente.

Después de desayunar nos hemos reunido para explicar el plan de hoy. Íbamos a ir por primera vez al slum y teníamos que organizarnos bien. La idea era llevar entre todos paquetes de comida a 15 familias del slum.

Un pequeño grupo ha acompañado a Moses a comprar la comida. Ha sido bonito ver cómo toda esa comida la hemos pagado con parte del dinero recaudado durante los últimos meses en VIARÓ. Se empiezan a ver los frutos de todo el esfuerzo en preparar este voluntariado.

Una vez lo teníamos todo listo nos hemos ido en dirección al slum en donde más de 150 niños nos estaban esperando al grito de “MUSUNGU, MUSUNGU” La llegada ha sido espectacular y hemos podido estar jugando con los niños un buen rato. Muchos de ellos se acordaban de Rafa y de mí, de los años anteriores de voluntariado.

Nairobi niños del slum

Cuando estábamos a punto de dividirnos para ir a visitar las familias han aparecido un grupo de unas ocho personas adultas que querían saludarnos.

Eran los “local leaders” del slum que venían a recibirnos y a darnos las gracias por nuestra ayuda. Hemos podido pasar un rato agradable hablando con ellos y preguntándoles algunas inquietudes que teníamos sobre la forma de vida del slum.

visitando familias del slum

Pero lo más duro estaba por llegar. Cada uno de los grupos de trabajo ha cogido sus paquetes de comida y hemos ido en busca de las familias que Moses nos había indicado. Cada grupo iba acompañado por un keniano del propio slum que nos ayudaba a llegar a la “casa” y hacía de intérprete, ya que no todos hablan inglés y se comunican en suajili.

Las casas del slum son aproximadamente del tamaño de un cuarto de baño. La mitad de la “casa” la ocupa un sucio colchón en el que duerme toda la familia y la otra mitad suele tener un banco para poder sentarse. No hay ni luz ni agua. Cocinan fuera de la casa haciendo un fuego en la calle. Y no tienen un lugar en donde poder asearse ni hacer sus necesidades. No hay palabras para describirlo. Es algo que uno tiene que vivir.

Habitualmente, en estos lugares suele vivir la mujer con sus hijos. Los maridos suelen haberse ido de casa. Y el número de hijos suele estar entre 3 y 6 niños por mujer.

Pues bien, cada grupo hemos podido ir a visitar a estas familias y hacerles un rato de compañía al llevarles los alimentos. Como os podéis imaginar, las historias que nos han contado han sido muy impactantes. Una de las mujeres a la que hemos visitado vivía sola con sus seis hijos. Su marido había muerto en un accidente y a ella le habían diagnosticado una enfermedad incurable hacía poco. Es duro imaginar cómo tendrán que apañárselas sus hijos que apenas superan los diez años y te reciben en su “casa” con una sonrisa de oreja a oreja.

Tras la visita a las familias nos hemos vuelto a ECT para comer. Hemos tenido una buena sobremesa en donde hemos podido explicar las diferentes experiencias que cada uno había tenido en el slum. Cada una de las quince familias visitadas tiene una historia única que daría para un libro. Nosotros solo hemos conocido un pedacito de sus vidas, pero ha sido suficiente como para darnos cuenta de la suerte que tenemos.

partido de futbol kenya

Y por la tarde teníamos un partido de fútbol contra los chicos de un internado de la zona (Aquinas School). La visita al internado también ha sido bastante interesante y el camino hacia el colegio (unos 40 minutos andando) nos ha permitido seguir conociendo la cruda realidad de Kenya. Cada uno de los chicos os podrá contar mil historias de todo lo que sucede y pasa en un simple paseo.

El partido de fútbol no ha tenido gran historia, ya que se ha acabado con un diplomático empate a tres que hemos sabido resolver en la tanda de penaltis para traernos la victoria de vuelta a Barcelona.

Y para acabar el día, misa del Corpus Christi y a preparar nuestro primer día de trabajo. Esto no ha hecho nada más que empezar.


Día 3 | Proyecto Nairobi 2022

Hoy primer día de trabajo en Kenya. Para organizarnos nos hemos distribuido seis grupos de trabajo diferentes. Cada uno de los grupos está formado por seis voluntarios, un adulto y un keniano que conoce la zona.

La distribución de tareas es sencilla: dos grupos se quedan en ECT trabajando la pista de basket y construyendo las mesas, otro grupo se va a atender un colegio de educación especial (Corpus Christi) donde hay unos cincuenta alumnos con discapacidades y los tres grupos restantes van a dar clases a diferentes colegios de Primaria que hay en el slum (Utuema School, Brains Wealth Academy y Golden Heart School). La idea es que cada grupo vaya rotando para que así, al finalizar el voluntariado, todos los grupos hayan podido trabajar en todos los lugares.

Pero os diría que, de nuevo, lo más impactante ha sido el camino hacia los diferentes colegios. El slum entre semana respira una actividad mucho más intensa y se percibe una sensación de caos y desorden mucho aún mayor que la que pudimos experimentar el fin de semana.

Para llegar a cada colegio hay aproximadamente media hora de camino a pie. Durante el trayecto no paras de encontrarte con situaciones difíciles de olvidar. Desde un motorista sin casco que se para, nos pide la guitarra y nos canta una canción, hasta un grupo de 12 mujeres escarbando en una montaña de basura para intentar rescatar algo de comer. La vida en el slum es cruda y muy dura. Hoy uno de los voluntarios decía que era llamativo ver cómo la cámara del móvil era incapaz de ilustrar y reflejar la realidad de este lugar. Para entenderlo hay que vivirlo.

De camino a los colegios nos hemos encontrado una zona del slum que estaba en ruinas. Moses nos ha explicado que en esa zona había un grupo de viviendas que eran propiedad del gobierno y que al haber un gran número de gente que no pagaba el alquiler decidieron demolerlas. Las cosas en el slum funcionan de manera diferente.

Ya en los colegios las clases han sido entretenidas. Hemos aprovechado para enseñarles un poco de matemáticas, alguna canción tradicional de nuestra tierra y cómo hacer un avión de papel. Para ellos ha sido un descubrimiento y hemos acabado jugando con los niños a tirar el avión que habían construido y decorado hacía pocos minutos con los lápices de colores que les hemos traído de Barcelona (hoy hemos podido repartir unos 150 packs de lápices de colores). Para ellos tener a su disposición doce colores diferentes con los que poder pintar ha sido un auténtico lujo que no habían podido permitírse anteriormente.

La tarde de hoy ha sido más tranquila ya que nos hemos quedado en el college donde hemos podido rezar el Rosario con calma y hacer algo de deporte. Algunos han decidido seguir con el trabajo de la pista de basket que no está yendo todo lo rápido que cabría esperar, pero las ganas de colaborar y avanzar en el proyecto superan el desánimo por el lento avance de nuestros trabajo.

Después de cenar hemos estado con las guitarras cantando y descansando de un día duro que nos ha mostrado otra pequeña parte de esta ciudad. Mañana más.


Día 4 | Proyecto Nairobi 2022

Los días van pasando y Nairobi no deja de sorprendernos. Hoy tocaba día de trabajo intenso mañana y tarde. No hemos parado y ya se hace notar el cansancio.

La primera sorpresa del día nos la hemos encontrado a primera hora de la mañana cuando nos disponíamos a salir a los colegios del slum. En la puerta de nuestro college había una gran cantidad de gente que estaba haciendo cola para algo que no sabíamos que era. Todos llevaban herramientas para trabajar el campo y unos machetes que utilizan para cortar el césped que no nos daban mucha tranquilidad. La cola era inmensa y podía haber cientos de personas. Al inicio de la fila estaban nuestros ya conocidos “local leaders” a los que hemos podido saludar y preguntar el porqué de ese gentío.

La charla que hemos tenido ha sido muy “política”. Nos han explicado que su prioridad como líderes del slum es velar por el bienestar de todos. Y que toda la gente que estaba esperando venía porque no tienen trabajo y el gobierno les ofrece un puesto de trabajo durante las próximas semanas. Nuestros queridos políticos nos han contado como gracias a ellos el slum funciona a las mil maravillas y gracias a sus programas de empleo la delincuencia y la pobreza no hace más que reducirse. Realmente nos ha sonado todo un poco raro y hemos lo hemos comentado con Weasly.

Weasly se ha reído y nos ha explicado que estos magníficos programas de empleo sólo se hacen cuando se acercan elecciones. Y que casualmente los contratos de trabajo suelen durar hasta que las elecciones han pasado. Al parecer, es una forma de asegurarse un buen número de votos. La conversación ha continuado y Weasly no se creía que en España a las personas que no encuentran trabajo el estado les paga el paro. Poder compartir estos días con gente de la zona durante las 24 horas hace que surjan unas conversaciones interesantísimas con las que no paramos de aprender cosas nuevas.

El camino hacia los colegios se ha hecho cortísimo ya que Weasly nos ha explicado muchas más cosas de la ciudad y allí hemos pasado la mañana entera. La verdad es que las mañanas se hacen duras, estamos dando clases de 9 a 13 sin parar y en ocasiones se nos acaban los recursos.

Hoy nos han explicado la historia del Golden Heart School. Al parecer es un colegio que es propiedad de su directora. La directora tiene alquilado un pequeño terreno del slum que ha de pagar al final de cada mes. Muchas veces no logra pagarlo a tiempo, ya que con lo que ingresa de las familias de colegio ha de pagar también a sus profesores. Por este motivo no es extraño que de vez en cuando aparezca un funcionario del gobierno y les eche de una de sus aulas por un retraso en el pago. Pero ella es persistente y alquila otro terreno, por lo que el colegio va cambiando de sede constantemente. Ella nos decía, haciendo broma, que se trataba de un tipo de colegio nuevo llamado “moving School”

Y por la tarde ha llegado el plato fuerte del día. Los que se han quedado trabajando por la mañana en el college (un grupo de doce voluntarios) han ido a visitar una escuela de educación especial. El resto de chicos han tomado el relevo en el trabajo de la pista de basket. En este internado hay 300 alumnos con discapacidades diversas como autismo, síndrome de down, parálisis cerebral, etc. La mayor parte de ellos han sido abandonados por sus familias como consecuencia de su discapacidad.

Después de coger un matatu, así llaman los locales a los autobuses de la zona, hemos llegado a nuestro destino. El problema ha sido que la persona con la que habíamos concertado la visita no estaba y hemos tenido que dar explicaciones a la directora del lugar. Tras una conversación de más de 20 minutos en su despacho, donde nos ha hecho un auténtico interrogatorio para asegurarse de que éramos gente de fiar, hemos podido pasar a trabajar con los chicos. He de reconocer que la entrevista ha sido un poco tensa ya que ella no acababa de fiarse de nuestro proyecto pero al final nos ha invitado a pasar a todo el grupo.

Al principio ha sido todo un poco difícil de gestionar. Nos han metido en un gran comedor de chapa de metal con unos 100 chicos y chicas con discapacidad. El ruido era enorme y los chicos no paraban de moverse, gritar y estaban un poco desconcertados. Hemos hecho pequeños grupos de trabajo y les hemos enseñado a dibujar cosas sencillas como manos, coches o incluso varios animales. Al cabo de media hora estaban todos dibujando sin parar y corriendo para preguntarnos cómo podían mejorar sus dibujos. Lógicamente no han salido grandes obras pictóricas, pero el cariño y el esfuerzo que han puesto ha sido una verdadera obra de arte. La ilusión que tenían cada vez que les felicitabas por el dibujo que hacían es difícil de describir en unas líneas.

Al finalizar la jornada, hemos limpiado con escobas y fregonas todo el comedor y nos hemos despedido de los chicos con abrazos y bailes. Alguno de ellos lloraba al ver que nos íbamos y lo que había empezado siendo un encuentro frío y difícil, estaba acabando con una despedida muy emotiva donde tanto nosotros como ellos estábamos realmente conmovidos.

El cariño que son capaces de transmitir estas personas suple con creces cualquiera discapacidad que puedan tener, y realmente podemos decir que son unos superdotados, en algunos aspectos que no siempre sabemos valorar pero son tal vez los más importantes. Mañana volveremos con otro pequeño grupo de voluntarios a seguir trabajando con estos chicos.

Y por la noche ha venido a cenar con nosotros Willy Maluenda (Alumni de Esparta II) que está viviendo en Nairobi y trabaja en una ONG. Después de la cena hemos podido intercambiar experiencias con él. Cuando nos hemos querido dar cuenta ya llevábamos más de una hora charlando y hemos tenido que cortar porque mañana volvemos a madrugar.


Día 5 | Proyecto Nairobi 2022

Hoy de nuevo ha sido un día de trabajo completo. Pero lo primero que hemos hecho ha sido despedir a Willy que se ha quedado a dormir con nosotros ya que anoche acabamos tarde la tertulia. Fue una charla apasionante donde nos contó la realidad de los campos de refugiados de Kenya. Además nos explico su experiencia al haber tenido que vivir en el slum durante varios meses. Él no vivía en una chabola, pero pasó mucho tiempo en un barrio muy difícil. Creo que a los chicos les ha ayudado mucho ver cómo un alumni del colegio ha decidido elegir un itinerario profesional en el que lo más importante es el ayudar a los demás y no el ganar dinero a toda costa.

Pero volvamos al trabajo, porque hoy la desorganización africana ha hecho que podamos descansar algo más de lo previsto en nuestro planing.

Llevamos varios días trabajando en la pista de basket. Es un trabajo bastante duro al que los chicos están respondiendo estupendamente. Consiste en poner una gran cantidad de tierra y piedras expandidas y apelmazadas por el suelo para luego cubrirlo con una especie de baldosas que conviertan el suelo de la pista en una superficie lisa donde se pueda jugar bien. El trabajo es muy físico ya que hay que ir cargando carretillas constantemente, llevarlas a la pista y con las palas y otras herramientas las vamos repartiendo y aplanando.

El caso es que llevamos varios días viendo con preocupación como la montaña de tierra se va reduciendo. Desde hace un par de días vamos avisando a nuestro querido jefe de obras, Joseph, que hay que comprar más tierra. Pero él siempre dice con una sonrisa en la boca: “don’t worry, don’t worry… we have a lot of sand” Nosotros tratamos de explicarle que el problema no es que no haya tierra ahora, sino que queda poca y en breve se acabará. Pero él insiste en la idea de que no hay problema porque tenemos todavía algo de material. Pues bien, hoy ha llegado el día en que se ha acabado la tierra y, efectivamente, se ha bloqueado todo el trabajo. Cuando ha exclamado con sorpresa “Ohhh there is no sand to continue working” casi le matamos.

La organización no es el punto fuerte de este lugar. La gente es muy buena, amable, trabajadora y servicial… pero no saben organizar bien su trabajo. Están acostumbrados a vivir al día y no son capaces de pensar en el largo plazo. Algunas de las personas que trabajan con nosotros estos días viven en el slum, y otros muchos en barrios muy humildes. Su principal preocupación es ganar lo suficiente para poder dar de comer hoy a los suyos. Y con esta forma de vida es difícil preocuparse por un saco de arena que quizá se gasta en unos días.

Esto ha permitido que el grupo encargado de la pista de basket haya podido tomarse una tarde más relajada entre partidos de fútbol, guitarras y tertulias. La tarde ha pasado volando.

Por otro lado, el trabajo en los colegios sigue su curso. Es llamativa la brecha de conocimientos que hay entre unos colegios y otros dentro del slum. Mientras que en un colegio apenas les suena las ciudades colindantes de su país, en otros son capaces de señalarte Oceanía en un mapa mundi. Esperamos poder sacar conclusiones más claras cuando hagamos los test de alfabetización que hemos preparado desde Viaró.

Además, hoy hemos vuelto a ir al colegio de educación especial por la tarde con otro grupo de voluntarios. Si ayer el recibimiento fue algo frío, hoy ha sido espectacular. En cuanto nos han visto llegar han salido todos corriendo a recibirnos y abrazarnos. Los abrazos no salían gratis ya que solían dejar la marca de la saliva que muchos de los discapacitados no eran capaces de controlar. Al principio cuesta un poco, pero ha llegado un momento en que todos estábamos entregados a la causa y lo que antes causaba rechazo, ahora generaba gratitud. Hemos acabado cantando y bailando con ellos y de nuevo ha sido difícil abandonar el colegio ya que no nos dejaban marchar. La única forma de que te soltaran era prometiéndoles que volveríamos otro día. No quiero ni imaginar cómo será el último día.

Y para acabar el día, hemos tenido la celebración de nuestro primer cumpleaños en Nairobi. Los 18 años no se celebran de cualquier manera, y si bien es cierto que no podemos permitirnos grandes lujos, hoy hemos ido a comprar con Moses unas cervezas y una tarta sorpresa para acabar el día con una fiesta que nada tiene que envidiar a la mejor puesta de largo que uno se pueda imaginar.


Día 6 | Proyecto Nairobi 2022

Hoy ha sido un día muy especial en ECT ya que hemos celebrado la fiesta del Corpus Cristi. Todos nos hemos preguntado cómo es que la celebración del Corpus es una semana después de la fiesta, pero nuestras preguntas no han encontrado respuesta. Kenya Rules.

Hemos aprovechado la mañana sin trabajo para dormir un poco más y recuperar fuerzas. Aunque no llevemos muchos días el ritmo es muy intenso y a pesar de que todos estamos muy contentos, se empieza a notar el cansancio. Además, gracias a esto, ayer pudimos alargar un poco la fiesta de cumpleaños y disfrutar de un ambiente más distendido.

dia 6 proyecto nairobi 2022

Pero el hecho de poder descansar un poco más no ha significado que no aprovechemos el tiempo ya que hemos dedicado la mañana a hacer un buen zafarrancho de limpieza. La verdad es que algunas de las habitaciones de los chicos empezaban a parecerse al propio slum. No es fácil mantener la limpieza y el orden en habitaciones de 20 personas.

Hemos reunido escobas, fregonas, cubos y trapos y nos hemos puesto manos a la obra. Tras más de una hora de limpieza hemos dejado todo como los chorros del oro. Después nos hemos dividido en grupos y unos se han dedicado a preparar el coro para la misa y la procesión del Corpus y otros han ayudado a los locales a decorar el colegio para que estuviera bonito para recibir al Señor por sus calles.

Además es sorprendente como lo poco que tienen lo ponen al servicio de lo más importante. Después de llenar todo el camino con palmas de algunas palmeras y flores hemos ayudado a preparar el oratorio para la misa que por primera vez la íbamos a tener con los propios kenianos.

Por otro lado, los kenianos también tenían su propio coro del que nos ha llamado la atención la alegría y el ritmo de sus canciones. El idioma de la misa ha sido en inglés y las canciones han sido en ksuajili, castellano, catalán, inglés y latín. Una buena mezcla que nos ha ayudado a todos a rezar y seguir conociendo la cultura africana.

Tras la procesión hemos ido a comer para luego ponernos manos a la obra: la pista de basket nos esperaba, tras haber llegado el camión con la deseada arena.

Ha vuelto a ser una tarde de trabajo duro donde la mayoría han podido trabajar la pista que parece que nunca se va a acabar. Aunque hoy ya hemos empezado a poner los primeros adoquines todavía queda mucho por hacer.

Y como no podía ser de otra manera hoy hemos vuelto al colegio de educación especial con el último grupo de voluntarios que todavía no había ido. De nuevo ha sido muy impactante y todos los chicos nos estaban esperando en la puerta para recibirnos con sus cariñosos abrazos. Uno de los chicos en la cena mientras explicábamos algunas anécdotas de nuestra visita al centro de educación especial, ha reconocido que el momento en el que ha estado enseñando a dibujar a un chico con síndrome de down ha sido uno de los momentos más felices de su vida. Y es que, como decía otro de los voluntarios ayer por la tarde, estos chicos te roban el corazón.


Día 7 | Proyecto Nairobi 2022

Hoy hace una semana que salimos de Barcelona rumbo a Kenya y todos tenemos una sensación un tanto contradictoria: los días se nos han pasado volando pero a la vez nos parece imposible que hayamos vivido tantas experiencias en tan poco tiempo.

Nos hemos despertado con un día lluvioso. Ha sido una lluvia muy suave pero suficiente como para dejar el slum un punto más sucio y embarrado de lo habitual. Cuando en Nairobi llueve por la noche significa que mucha gente del slum no duerme ya que las chabolas tienen muchos agujeros y no pueden resguardar de la lluvia a los numerosos miembros de la familia que duermen bajo el mismo “techo”. Por este motivo el paseo hasta los diferentes colegios en donde damos clase hoy ha tenido un punto especial.

En cualquier caso, hoy hemos dado clases y hemos trabajado la pista de basket y las mesas hasta las 11:30 en donde los diferentes grupos hemos dejado lo que estábamos haciendo para reunirnos en el colegio de educación especial del Corpus Cristi. Allí teníamos un encargo muy especial: organizar la fiesta del “African Child’s Day”

Consolata, la directora del centro de educación especial, nos había encargado desde hace días que montáramos una fiesta con los casi cincuenta niños discapacitados que tiene este centro.

La fiesta ha consistido en la organización de unos juegos con los niños en donde hemos acabado con el tradicional baile de la Macarena y luego les hemos ayudado a cocinar y dar de comer a todos los chicos. Al final hemos sacado las palomitas y el mandazi (unas pastas típicas de allí) que habíamos comprado y se las hemos ofrecido como regalo.

Pasar una mañana con estos chicos jugando, cantando y dándoles de comer es una experiencia dura que te ayuda a valorar muchas cosas que habitualmente uno no aprecia lo suficiente. Además, el cariño de los niños y la sonrisa que muestran sus caras solo con darles un poco de nuestro tiempo no tiene precio.

Consolata ha clausurado la fiesta invitándonos a una taza de té y nos ha dado las gracias a todos por la organización del día de hoy. Se la veía realmente agradecida por todo lo que estamos haciendo por “sus niños” estos días.

Después de comer hemos tenido nuestro segundo compromiso futbolístico de la semana. Hemos ido a jugar a fútbol a un colegio cercano que estaba apenas a 20 minutos de ECT. Cuando hemos llegado con nuestro MATATU nos hemos encontrado todo el colegio esperándonos en el campo de fútbol para ver el partido. El equipo rival que estaba formado por los chicos de último año del boarding school estaban calentando cuando hemos llegado.

El terreno de juego era parecido a un buen campo de patatas y el bote de la pelota era totalmente imprevisible. Después de un inicio desacertado, nos hemos puesto con dos goles por debajo en el marcador. Pero hemos acabado remontando con gol de penalti en el tramo final del encuentro. El resultado final de 3-2 hace que sigamos estando invictos en tierras africanas.

De vuelta a ECT hemos podido comprobar desde el MATATU el desorden de una ciudad donde las normas de tráfico son un mero formalismo. Los coches pitan con fuerza, los motoristas van sin casco, y los peatones circulan por la carretera principal de la ciudad sin importarles lo que pueda pasarles. El claxon de los coches sustituye la función del intermitente y la contaminación de los vehículos llena de humo el ambiente. Eso si, nadie les quita de la cara su sonrisa mientras en medio del caos te saludan levantando las manos con su cariñoso “jambo, jambo”


Día 8 | Proyecto Nairobi 2022

Ha llegado el fin de semana después de toda la semana trabajando duro. La verdad es que el día de hoy se esperaba desde hacía tiempo ya que por primera vez íbamos a poder visitar el centro de la ciudad de Nairobi.

El plan empezaba con un evento muy especial ya que hoy se celebraba en la catedral de Nairobi una misa en honor a san Josemaria. La misa era a las 10, pero hemos llegado un poco antes para poder coger sitio. La verdad es que apenas hemos tardado 30 minutos en llegar en MATATU al centro de la ciudad. Otros años habíamos estado más de una hora en el autobús, pero el tráfico en Nairobi desaparece el fin de semana.

Para los africanos la misa es una fiesta en donde se encuentran todos los cristianos para disfrutar juntos sin ninguna prisa y donde poder bailar, cantar y rezar sin importarles el reloj. Los cantos y bailes son impresionantes y las homilías, y digo homilías porque hay al menos un par de ellas, son largas. Pero para ellos no importa. Cuando les explicas que en España si el mossen se alarga un poco en la homilía la gente empieza a ponerse nerviosa no son capaces de entenderlo.

Para los que somos de la Obra ha sido muy bonito ver cómo el Opus Dei ha llegado a tanta gente y cómo el mensaje central del Opus Dei que tratamos de transmitir en VIARÓ es el mismo que ahora un sacerdote transmite desde el altar en una celebración en el centro de la ciudad de Nairobi.

Después hemos ido a darnos un paseo por el centro de la ciudad. El centro de Nairobi tampoco tiene gran cosa que ver pero es interesante ir viendo los diferentes edificios públicos mientras nuestros amigos inseparables de ECT nos van explicando cómo funcionan las instituciones en esta ciudad. Además, toda esta zona en donde se encuentran las cortes, el tribunal supremo, el banco central, el tesoro nacional etc está absolutamente controlada y vigilada por la policía que no te permite hacer ni siquiera una sola fotografía

Nada más entrar en el centro nos ha parado un policía para preguntarnos de donde veníamos. Le hemos explicado nuestro proyecto y le ha gustado mucho. Le he hablado de VIaró y le he explicado que eran chicos que el curso que viene empezarían la universidad. Cuando parecía que la conversación había terminado me ha cogido del brazo y me ha llevado a parte. La verdad es que al principio me ha generado cierta inquietud, pero cuando nos hemos quedado solos me ha pedido que le traiga a trabajar a España. Me ha explicado que ha sido profesor en el slum hacia unos años y que está dispuesto a trabajar duro y hacer lo que haga falta. Le he tenido que decir que no era posible y lo ha entendido a la primera pero su decepción ha sido mayúscula.

Hemos aprovechado que estábamos en el centro para darnos un homenaje y concedernos un pequeño capricho y hemos comido una buena hamburguesa en unos grandes almacenes. La verdad es que hemos agradecido volver a poder comer una buenas patatas fritas con algo de carne. Un lujo aquí al alcance de muy pocos.

Y para acabar el día hemos ido a visitar el museo nacional de Nairobi y su snake park en donde hemos podido ver muchos tipos de serpientes e incluso alguno se ha atrevido a dejarse poner alguna de ellas en los hombros. Afortunadamente hemos salido del snake park sin incidentes y sin haber tenido que tocar ningún animal.

Cuando se empezaba a hacer tarde ha sido cuando ha aparecido nuestro MATATU oficial. Le llamo MATATU oficial porque es el que utilizamos para viajes más largos ya que el dueño es un amigo de Moses y lo tiene en muy buenas condiciones. De vuelta hacia ECT hemos estado charlando con el conductor del MATATU y nos ha explicado cosas muy interesantes. Lo que más nos ha impresionado es cuando le hemos preguntado por su horario de trabajo ya que trabaja 14 horas diarias durante 6 días a la semana. El domingo para ir a misa y dedicarlo a la familia. Pero más nos ha sorprendido cuando le hemos preguntado por cuánto ganaba y nos ha dicho que no solía superar los 300 euros mensuales. Lo justo para sobrevivir sin muchos contratiempos.


Día 9 | Proyecto Nairobi 2022

Hoy nos hemos despertado y nos han sorprendido con un desayuno más abundante. Es domingo y hay que celebrarlo.

Hemos aprovechado para dormir un poco más, tener la misa por la mañana y luego nos hemos ido al slum para visitar 8 familias necesitadas y llevarles algo de comida y compañía.

Qué gustazo volver a entrar en el slum. Jamás pensé que diría esta frase pero la alegría con la que nos reciben en este barrio marginal cada vez que entramos contrasta con las miradas, seriedad y tensión que experimentamos ayer en la gran ciudad. El centro de la ciudad tiene aceras pavimentadas, edificios grandes y buenas infraestructuras pero se respira un ambiente más tenso y difícil del que hay en nuestro querido slum de Mukuru. Ayer cuando visitamos el centro nos encontramos con muchísima gente que se nos pegaba para pedir dinero y mucho niños de la calle que están organizados por diferentes mafias que también no paraban de pedirnos. Si que es verdad que en Nairobi centro puedes tomarte una buena hamburguesa, pero nosotros preferimos nuestro slum sin ningún tipo de dudas.

Pues bien, a la entrada del slum nos estaban esperando, como siempre, un buen grupo de niños con los que hemos estado jugando y cantando mientras otros iban a diferentes tiendas del slum con Moses para comprar los packs de comida. Mientras estábamos con los niños ha aparecido Miss Elisabeth, la directora de Utuema School, que nos ha saludado emocionada y se ha unido a nuestro plan. Nos ha presentado a sus hijos y nos ha enseñado su “casa” que no es más que otra de las muchas chabolas que hay en el slum.

Una vez hemos conseguido la comida hemos vuelto a hacer grupos pequeños para ir a entregarla a cada una de las casas. Cada grupo estaba acompañado por un amigo de Moses que nos guiaba por el slum. Además, Moses nos ha llevado por una zona del slum diferente a la que recorremos a diario y hemos podido seguir conociendo más de cerca la miseria de este lugar. Veréis fotos y vídeos pero os aseguro que hasta que uno no está allí con los cinco sentidos despiertos no se puede hacer una idea de lo que es esto.

Una de las familias que hemos visitado hoy estaba formado por la madre junto con sus cuatro hijos. Cuando hemos entrado en la chabola hemos tenido que agacharnos ya que tenia todo el techo con muchos trapos y ropa tendida. Además, en una esquina, un pequeño fogón cocinando UGHALI que echaba humo sin parar. Pegado a la pared había un pequeño banco de madera sin respaldo en donde nos hemos sentado los cinco que íbamos a visitar la familia con nuestra bolsa de comida. No cabía un alfiler.

La forma de proceder es siempre la misma: primero se presenta cada uno en inglés y nuestro acompañante keniano traduce a ksuajili, después de presentan ellos en ksuajili y nos lo traducen al inglés y durante unos diez minutos tenemos una conversación en donde nos cuentan cosas de su familia y su día a día. Es quizás de las cosas más impactantes y duras que hacemos estos días.

Mientras estábamos en las presentaciones ha entrado una niña en la casa que parecía tener unos 13 años. Cuando le hemos preguntado la edad nos ha dicho que tenia 17, cosa que nos ha sorprendido ya que es la misma edad que muchos de nuestros chicos. Hemos estado hablando con ella y nos ha explicado que este año acaba el colegio y que su sueño es poder abrir una tienda de ropa en el centro de la ciudad para poder ayudar a su madre y el día de mañana ser como ella y sacar su propia familia adelante. Casi nada. Y como esta historia otras tantas que cada uno de los pequeños grupos de chicos han podido escuchar hoy en el slum y que hemos estado compartiendo durante toda la comida. Y es que el slum no deja a nadie indiferente.

Por la tarde hemos vuelto a Aquinas a jugar el partido de vuelta. Y como no podía ser de otra manera, la victoria ha caído del lado de vIaro.

Durante el partido hemos podido hablar con muchos de los alumnos de este colegio. Como cada vez que hemos ido de visita a un high school como este nos han vuelto a preguntar si tenemos becas para venir a estudiar a Europa. Se dan cuenta que en Kenya es difícil salir adelante y tienen a los países europeos absolutamente idealizados por lo que ven por la televisión o desde los móviles. Y la verdad, es que no es para menos. Las condiciones de vida aquí son muy duras. Y para ellos Europa es un sueño que todo el mundo quiere alcanzar.


Día 10 | Proyecto Nairobi 2022

Empieza una nueva semana en Kenya y hoy hemos visto la luz con nuestro proyecto de la pista de basket. Después de varios días de mucho trabajo sin terminar de ver nuestro progreso esta mañana ha aparecido Elvis.

Elvis es un padre de familia de 32 años que se dedica a la construcción y trabaja en diferentes obras por horas. Moses le ha llamado esta mañana para que viniera a echarnos un cable ya que parece que la construcción no es el trabajo que mejor se nos da.

Elvis se ha plantado a las 8:30 de la mañana con su gorra roja, una camiseta sin mangas azul claro y su pantalón de trabajo. Se ha tirado como media hora observando el destrozo que habíamos hecho en la pista sin decir absolutamente nada. Elvis no es de muchas palabras pero si que es muy expresivo. En un momento dado parece que ha visto la luz y ha empezado a hacer agujeros con la pala, medir el nivel de la pista con unas cuerdas y empezar a mover piedras de un lado a otro. Sin parar pero sin estresarse en ningún momento. Nosotros íbamos siguiendo lo que el hacía con cierta incredulidad y de vez en cuando se reía de nuestra torpeza. Hemos llegado a la conclusión de que si no decía nada era que todo iba sobre ruedas y cuando metíamos la pata se reía y decía “wait, wait”

Cuando le hemos pillado el tranquillo hemos ido avanzando cada vez más hasta que a las 13:00 ha parado en seco y se ha ido mientras decía “lunch time” Le hemos intentado convencer para seguir un rato ya que estábamos avanzando como nunca pero al parecer la “lunch time” es sagrada para Elvis. No ha cedido a nuestra presión y hemos quedado con el una hora más tarde.

A las 14:00 estaba preparado y hemos trabajado sin parar bajo sus órdenes hasta que de nuevo a frenado en seco y se ha largado casi sin despedirse. Eran las 16:00 y su encargo finalizaba a esa hora. Durante este tiempo hemos trabajado muy bien con el y nos seguía las bromas aunque no hemos conseguido que dijera más de tres palabras seguidas. El las palabras “wait”, “remove”, “add” y “here”
tenía suficiente para coordinarnos a todo un grupo que superábamos los 25 trabajadores.

Después de que se fuera hemos seguido trabajando y hemos conseguido poner los adoquines de media pista. Uno a uno. Un trabajo de chinos. Esperemos que mañana Elvis vuelva a aparecer con su sonrisa, su gorra y su ritmo lento pero absolutamente constante.

Mientras varios grupos estaban a las órdenes de Elvis el resto han ido por el slum para seguir con el proyecto de las clases. Además, hoy es el día en que hemos hecho nuestro test de analfabetismo en las escuelas del que ya os explicaremos el resultado.

El grupo que ha ido al Golden Heart School ha conocido hoy a Mamma Jane, una señora de 70 años que tiene adoptados a 47 niños en el propio slum. Mama Jane tiene alquiladas una serie de “chabolas adosadas” en una parte del slum y allí va metiendo y cuidando niños que no tienen donde vivir. Son un total de 7 habitaciones en donde duermen unos 6 niños en cada habitación y 6 bebés que duermen con ella (dos de ellos en su propia cama).

Lo impresionante de todo esto es que cuando Mamma Jane se ha enterado de que hoy era el 18 cumpleaños de Ignacio nos ha invitado a su casa a comer. Se ha ido un momento y luego ha venido a recogernos.

Al entrar nos hemos encontrado que había preparado un cartel de Happy Birthday, y unos refrescos y buñuelos africanos.

Hemos tenido un rato de tertulia en donde nos ha explicado su proyecto de adopción que va desde que nacen hasta que estos se independizan porque son ya mayores. Algunos de sus “hijos” han llegado a alcanzar la universidad gracias a su ayuda.

Nos ha impresionado la paz y la alegría con la que nos ha tratado, y el tiempo y los detalles dedicados de una señora que si no la hubiéramos conocido y no nos hubiera enseñado su casa pensaríamos que su historia es imposible que pudiera existir.

Y, para terminar el día, una buena fiesta para celebrar a los dos cumpleañeros de hoy y de mañana. De nuevo Mamu ha vuelto a lucirse con dos tartas espectaculares.


Día 11 | Proyecto Nairobi 2022

Hoy hemos puesto el último adoquín de la pista de basket después de mucho trabajo. No ha sido fácil, pero el bueno de Elvis ha sabido dirigirnos para poder terminar el proyecto. Hemos calculado que en total hemos colocado unos 15.000 adoquines en toda la pista. Ya solo falta que mañana venga la máquina para terminar de compactar los adoquines y poner la arena fina entre las pequeñas grietas que todavía queden después de pasar la máquina.

Pero a primera hora de la mañana no éramos tan optimistas. Elvis se ha presentado a las 8:30 y se ha puesta a trabajar él solo sin decir nada a nadie. Nosotros le hemos seguido y hemos acabado el trabajo en equipo. A Elvis cada vez le gustan más nuestras bromas, y empieza a hablarnos con más de tres o cuatro palabras por frase. A las 11:00 Elvis ha pedido el “Tea time” pero le hemos dicho que no podíamos permitirnos un descanso ya que había que acabar el trabajo. Él ha pensado que era otra de nuestras bromas, pero rápidamente se ha dado cuenta que íbamos en serio. Ha accedido a nuestra propuesta y ha seguido trabajando con nosotros. Aquí la hora del té es sagrada y todo se paraliza para poder tomar un buen té caliente a media mañana. La verdad es que los kenianos no se caracterizan por un ritmo de trabajo intenso. Ellos no se estresan. Sonríen. Y siempre tienen un “there is not a problem” por respuesta.

Mientras tanto los que han ido a los colegios han seguido su ruta habitual. Además, hoy ha sido el día en el que los chicos han repartido las cartas que muchos de los alumnos de primaria de vIaro habían escrito para los kenianos. Hemos repartido una carta a cada uno y después de leerlas las han ido respondiendo. Esperamos poder traer de vuelta la correspondencia para repartirlas el año que viene en el colegio. Esta actividad nos ha servido para darnos cuenta que muchos de los chicos que hablan inglés más o menos luego no tienen ni la más remota idea de cómo escribirlo y hemos tenido que sentarnos con ellos para enseñarles cómo hacer una carta.

También les hemos repartido un papel de dibujar y unas ceras que nos han donado desde Abacus para nuestro proyecto. Los niños han ido haciendo dibujos en donde hemos podido encontrar algún que otro talento escondido dentro de las aulas del slum. Para muchos de ellos era la primera vez que veían ceras de este tipo y la ilusión con las que las cogían y las utilizaban para pintar era de asombro absoluto.

Por la tarde nos hemos quedado todos en el college para trabajar y acabar los adoquines de la pista. El trabajo de los 42 voluntarios haciendo cadenas humanas para mover los adoquines y encajándolos en el suelo como si fuera un puzzle gigante ha dado su fruto. Después de poner la última piedra hemos sacado nuestra bola de basket de la maleta, la hemos hinchado y con mucha ilusión hemos hecho unos tiros junto con los alumnos de ECT que también nos han ayudado a acabar el trabajo.

Con la satisfacción del trabajo bien hecho hemos ido a hacer nuestro merecido “tea time” y hemos pasado el resto de la tarde tranquilamente hasta que diez minutos antes de empezar la misa uno ha gritado: “han salido las notas de la sele!!!!”

El horario se ha retrasado una hora automáticamente para poder consultar las notas de los exámenes. Todo estaba preparado ya que desde ECT nos habían reservado una sala con ordenadores y buena conexión a internet. Pero como no podía ser de otra manera, los ordenadores no iban bien y no lograban cargar las notas. Ha sido en ese momento cuando el wifi africano nos ha hecho ganar en paciencia y junto con Weasly que nos iba compartiendo su internet uno a uno hemos podido consultar las notas. En general han salido muy bien y los chicos están contentos.


Día 12 | Proyecto Nairobi 2022

Hoy nos hemos despedido de los colegios, ya que mañana empiezan sus vacaciones. Ha sido una mañana intensa de muchas emociones y unos cuantos kilómetros recorridos ya que todos hemos ido juntos a cada uno de los sitios en donde hemos dado clase. Además, hoy era el día en el que repartimos todo el material escolar y la ropa que nos hemos traído desde Barcelona.

Pero el primer sitio a donde hemos ido a despedirnos ha sido al pequeño orfanato que tiene Mamá Jane en el slum. Ayer decidimos que la ropa de niño que teníamos se la íbamos a dar a mamá Jane para que la repartiera entre sus 47 “hijos adoptivos” y otros tantos niños que conoce.

Ha sido una sorpresa enorme ya que Mamá Jane no sabía de nuestra visita. Nos ha recibido en su humilde habitación en donde hemos entrado unos diez muy apretados y le hemos explicado que queríamos darle estos regalos. Se ha emocionado y nos ha dado las gracias. Después nos ha dicho que la esperáramos fuera unos minutos porque tenía que hacer una cosa. Hemos salido de su “casa” y la hemos esperado fuera. Al cabo de 3 minutos ha salido con el mejor de sus vestidos africanos para despedirse de nosotros. Nos ha dicho que después del regalo que le hemos hecho tenía que ponerse sus mejores galas para despedirse.

Después de estar un rato hablando con ella en medio del slum y de que nos haya enseñado algunos de los rincones del orfanato que no habíamos visto, nos ha presentado a algunos de los niños de la calle que tiene adoptados. También nos ha hablado con orgullo de todos sus hijos que ya están en la universidad y que ha ido sacando adelante durante estos años. Para terminar, nos ha pedido si podíamos rezar juntos una oración.

Hemos rezado un padre nuestro y ella se ha puesto a rezar en voz alta su oración personal pidiéndole al Señor que nos cuidara mucho y bendijera a nuestras familias. Os aseguro que jamas he visto rezar a alguien con tanta fe y tanta intensidad. Ha sido una oracion preciosa que ha durado unos tres minutos y un ejemplo de cómo dirigirse a Dios con piedad, confianza y fuerza para pedir por lo que llevamos dentro. Ha sido impresionante.

Una vez hemos acabado con Mama Jane hemos ido al Golden Heart. Ahí hemos repartido libretas, lápices de colores, estuches, gomas, bolis y mucho más material. Para los niños ha sido como el día de los reyes magos. Y para los profes, algo parecido. Cuando le hemos regalado a la profesora un pequeño xilófono que habíamos traído ha empezado a dar, literalmente, botes de alegría.

Cuando nos estábamos despidiendo alguna de las profesoras parecía estar demasiado apegada a algunos de los chicos de VIARÓ, lo que ha sido munición para bromas entre los chicos durante todo el día.

En Utuema y Brain Wealth también hemos estado un buen rato terminando de repartir el material. Ha sido muy bonito ver cómo lo chicos se despedían de nosotros llamándonos por nuestros nombres y dándonos las gracias. Habíamos dejado de ser los mussungus para ser alguien con nombre y apellido. Algunos de ellos nos repetían las cosas que habían aprendido durante estos días en clase.

Y para concluir la mañana nos hemos ido al Corpus Cristi a despedirnos de los profesores y los chicos discapacitados a los que hemos atendido durante estas dos semanas. Consolata no ha podido evitar emocionarse y nos ha dirigido unas palabras donde nos ha vuelto a agradecer nuestro trabajo y nos ha repetido que nos espera el año que viene. Le hemos regalado una camiseta de VIARO y una taza con la siguiente frase: “nunca dejes de soñar”

Mama Jane, Consolata, Moses… Parece que por esta ciudad hay gente con un don especial para preocuparse y ayudar a los demás. Todos ellos tienen una energía que no sabemos de donde sale y que les hace estar al 100% durante todo el día pendientes de los que les rodean. Os aseguro que es realmente impresionante la vitalidad y cariño que transmiten con todo lo que hacen. Y todos ellos están rezando mucho estos días por los chicos de Viaró y sus familias. Menudo lujo.

La tarde parecía que iba a ser más tranquila ya que hemos ido a un par de mercados de la zona para comprar algún recuerdo de estos días. Ahora bien, la intensidad del mercado, la cantidad de gente y las peleas entre los tenderos para conseguir vender más que el de al lado han hecho que lo que iba a ser una tarde de descanso se haya convertido en una tarde agotadora. Pasillos estrechos, puestos de venta pegados unos a otros, gritos y follón. Eso sí, Moses siempre cerca para ayudarnos en todo.

Lo peor ha sido cuando al pagar a un tendero hemos utilizado dinero de hace tres años. Al parecer hace unos años el gobierno robó tanto dinero que se decidió cambiar la moneda legal del país anulando la anterior para que así el dinero robado no tuviera valor. Pues bien, el problema ha sido que el tendero se ha dado cuenta de que el dinero no era válido tiempo después. Por suerte, conocía a Moses al que ha llamado enfurecido pensando que unos mussungus le habían timado. Después de que Moses le explicara la confusión todo se ha solucionado y mañana iremos a pagarle otra vez. Son cosas que solo pueden pasar en un país como este.


Día 13 | Proyecto Nairobi 2022

Hoy hemos acabado todo el trabajo que nos habíamos propuesto hacer. Las mesas estan terminadas y Elvis ha venido para los últimos acabados de la pista de basket en la que ya se puede jugar perfectamente. Solo falta pintar las líneas y poner las redes, cosa que terminarán ellos la semana que viene.

Por la mañana hemos aprovechado para terminar de hacer la prematrícula universitaria y rematar unos últimos arreglos de la pista. Después de conocer las notas de la universidad uno tiene más datos para terminar de decidirse por la carrera qué quiere estudiar. Hemos utilizado un aula de informática de ECT para hacer el papeleo necesario para elegir las carreras del curso que viene y pedir alguna que otra doble corrección en algún examen de la selectividad.

Eso nos ha llevado un par de horas, ya que también ha servido para poder conversar y discutir sobre las diferentes opciones que pueden elegir el año que viene.

Pero el objetivo de la mañana era entregar los 20 pupitres y sillas que hemos fabricado en ECT estos días. Para ello hemos contratado una pequeña camioneta para cargar todo el material y llevarlo al colegio del Holy Spirit que está a las afueras del slum. Hemos cargado todo en el vehículo haciendo un buen tetris y mientras el transportista ha llevado las mesas al colegio nosotros hemos ido andando hasta el colegio que se encuentra a unos 40 minutos de ECT. Ha sido un camino a través del slum que nos ha servido para darnos cuenta de nuevo de toda la miseria que hay en este lugar.

De camino al colegio nos hemos cruzado con una bici que iba cargada de cajas y bidones y cuando se ha dispuesto a pasar por un pequeño puente que atraviesa el río del slum ha perdido el equilibrio y ha caído al agua. Sin decir una palabra ni expresar media queja se ha levantado, ha recogido todo, lo ha vuelto a cargar en su bicicleta y ha seguido su camino. La gente aquí es muy fuerte y no se queja por lo general de cosas que a nosotros quizá nos habrían hundido el día.

Una vez hemos llegado al colegio nos ha recibido Richard. Es el director del colegio y nos ha explicado algunas características de su centro. Es un colegio que está financiado por la Iglesia y lo poco que pueden pagar los alumnos. Tiene más de 500 alumnos y tan solo 18 profesores. Además, nos ha explicado que como no tienen suficientes aulas utilizan el pasillo lateral de su capilla para dar algunas de las clases. La capilla es un recinto muy grande donde no está el Santísimo pero donde cada domingo hay cuatro misas que se llenan hasta la bandera. Pues bien, nuestras mesas son para que en este “aula auxiliar” los alumnos puedan sentarse en algún sitio para poder escribir mientras el profesor da la clase. Evidentemente, es algo que en España nos parecería implanteable pero cuando ves la situación del slum entiendes que tampoco hay mucha alternativa.

Después de una agradable charla con Richard, nos ha enseñado todo el colegio y nos ha agradecido mucho el trabajo que hemos hecho con las mesas y el dinero conseguido para poder financiarlas. Además, nos ha pedido que el año que viene vengamos a ayudarle con las clases ya que no dan abasto con tantos niños y tan pocos profesores. Se nos multiplica el trabajo.

Por la tarde hemos ido a despedirnos de nuestros amigos del centro de educación especial, pero resulta que no estaban hoy, les habían dado unos días de vacaciones. Al parecer hay unos días al año que los boarding schools cierran y los chicos están fuera del colegio una semana.

Al volver, nos hemos encontrado una sorpresa muy especial. Consolata había venido en moto desde su colegio para entregarnos una carta de agradecimiento y despedirse de nuevo de nosotros. En la carta nos agradece mucho todo el trabajo y nos ha remarcado que nos espera el año que viene. A pesar de su metro cincuenta y pico de estatura y sus 60 años la energía que desprende esta mujer es brutal. Nos ha ganado el corazón a todos y la hemos despedido de ECT con abrazos y besos. Ella se ha ido emocionada dándonos las gracias una y otra vez.


Día 14 | Proyecto Nairobi 2022

Después de haber terminado todo el trabajo hoy nos hemos tomado el día libre y nos hemos ido de excursión a Crescent Island.

Crescent Island es un parque natural que está en Naivasha. Es conocido porque allí se han rodado numerosas películas como Memorias de Africa. Pero el día ha empezado de forma accidentada ya que hemos madrugado un poco más que de costumbre y nos hemos encontrado que no había agua corriente. Aquí cada día viene un camión de agua y rellena los depósitos para que nos podamos duchar cada mañana, pero ya se ve que ayer se debió despistar. Después de unas cuantas llamadas y gestiones hemos conseguido tener algo de agua para asearnos.

Después de la misa y el desayuno ha llegado nuestro querido autobús. Al habernos retrasado un poco en la salida hemos podido experimentar el verdadero tráfico de Nairobi que no ha sido nada comparado con el que hemos vivido para la vuelta. Nos hemos pasado unas cuantas horas en el autobús, aunque entre las cosas que íbamos viendo por la ventana, las diferentes conversaciones que iban saliendo y otro tipo de distracciones han hecho que el viaje se haya pasado volando.

Por la ventana del autobús hemos visto gente vendiendo pescado en la autopista, motos con un sofá atado en la parte de atrás y coches que hacen un cambio de sentido atravesando la mediana de la carretera sin ningún tipo de pudor. Yo he de reconocer que no me atrevería a conducir en esta ciudad.

Una vez hemos salido del nudo central hemos cogido la carretera que va camino a Uganda en donde la cantidad de camiones que hemos ido encontrando han fortalecido nuestra paciencia.

Y a las 12 hemos llegado a Crescent Island. Solo al bajarse del autobús te das cuenta que el duro camino ha merecido la pena. Es un lugar idílico, lejos de la contaminación y el ruido de la ciudad en donde campan a sus anchas multitud de animales increíbles

La primera sorpresa ha sido cuando nos han dicho que no podíamos entrar en la isla si no era en bote. Otros años había un pequeño camino que se podía atravesar a pie, pero al parecer el nivel del lago a crecido tanto que Crescent Island es ahora una verdadera isla.

Nos hemos repartido en grupos de 6-7 personas y hemos cogido cada grupo una barca con un pequeño motor en la parte de atrás. Nuestro guía nos ha llevado primero hacia la zona en donde los hipopótamos estaban visibles y hemos podido observarlos muy de cerca. Al parecer hay más de 1000 hipopótamos en todo el lago, pero son pocos los que se dejan ver a la luz del día.

Después de ver los hipopótamos hemos dado una vuelta con la barca por todo el lago en donde hemos podido disfrutar de las vistas y una temperatura súper agradable para poder desconectar y descansar del ajetreo del slum de Mukuru

Cuando hemos llegado a tierra nos estaba esperando nuestro guía para hacer la excursión por la isla. Mwanga es un chico alto y delgado perteneciente a la tribu de los massais y nos ha explicado el origen de la isla y la cantidad de animales que podemos encontrar.

Durante dos horas aproximadamente hemos estado paseando mientras encontrábamos en absoluta Libertad a todo tipo de animales como jirafas, cebras, gacelas, ñus y mucho más. Si lográbamos crear un clima de silencio nos podíamos acercar a ellos hasta casi tocarlos.

El paseo ha sido espectacular y ha consistido en cruzar toda la isla en donde al otro lado nos estaban esperando otros botes para volver al autobús.

La vuelta ha sido un poco desesperante de nuevo por el tráfico pero hemos llegado con fuerzas para poder ducharnos, cenar y celebrar cómo se merece el último de los cumpleaños que nos ha tocado vivir aquí en Nairobi.

Un día para desconectar, disfrutar y no olvidar nunca.


Día 15 | Proyecto Nairobi 2022

Queda menos para que esto se acabe. Y parece que fue ayer cuando llegamos. Hoy hemos ido a pasar el día a Strathmore University en donde hemos podido visitar la facultad, la Business School y un concierto solidario organizado por la universidad. El concierto es para levantar dinero y poder conseguir becas para sacar a gente del slum y darles la oportunidad de tener una buena educación.

Cuando hemos llegado a Strarhmore nos han explicado la historia de los inicios de la universidad. Es increíble como en los 60 un grupo de visionarios sacaron adelante un proyecto que parecía imposible y hoy es una realidad en donde está la universidad con más prestigio del este de Africa.

Después de visitar el campus de la universidad hemos ido a visitar un centro de acogida que está pegado al slum de Kibera: Kwetu Home of Peace. Hemos llegado y los casi 30 niños que allí viven nos estaban esperando para recibirnos.

Kwetu es un centro de donde se rehabitiltan los conocidos “street boys”. Los “niños de la calle” son chicos que son abandonados desde pequeños y que viven por las calles del centro Nairobi a base de pedir dinero y comida. Duermen en la calle y se buscan la vida para sobrevivir. No tienen ni familia ni casa. Y son chavales que muchas veces son utilizados por las mafias para conseguir dinero. Las mafias a cambio les dan algún tipo de droga o pegamento para esnifar que puedan hacerles olvidar lo que viven o calmarles el hambre. A cambio les piden que les entreguen el dinero que consiguen mendigando por la parte rica de la ciudad. Una de las cosas que más llama la atención en el centro neurálgico de Nairobi es la cantidad de niños pidiendo que te encuentras.

Kwetu Home of Peace es un pequeño hospicio que llevan unas monjas y que se dedican a recoger a estos niños de la calle y reformarlos durante un pequeño periodo de tiempo (de 3 semanas a 3 meses) para mandarlos posteriormente a otro centro que tienen a las afueras de la ciudad en donde puedan estudiar en un colegio y tener un lugar para vivir dignamente. Durante su breve estancia en Kwetu se les exige para que aprendan a llevar un ritmo de vida saludable, alejado de las drogas y de los malos hábitos que durante los años anteriores hayan podido adquirir. Es una especial de centro de desintoxicación y reinserción social

Nada más llegar a Kwetu nos hemos sentado con los chicos en donde se han presentado y nos han explicado lo que hacen allí. Al principio no sabíamos exactamente donde estábamos. Nosotros también nos hemos presentado y les hemos explicado quienes somos. Ha sido muy bonito porque después de las presentaciones cada uno de los chicos que vivían allí se ha cogido de la mano a cada uno de los chicos de vIaro y nos han ido enseñando individualmente las habitaciones y las demás partes del lugar. Es ahí cuando nos hemos dado cuenta de la maravilla del lugar a donde Moses nos había traído.

El chico que me ha cogido de la mano se llamaba Joseph y tenía unos diez años. Me ha explicado que el año pasado vivía en la calle y que solo comía cuando tenía suficiente dinero que conseguía pidiendo a la gente que pasaba. También me ha dicho que los fines de semana eran lo mejor porque podía ir a un hotel de ricos a que le dieran las sobras de las comidas del fin de semana. Sus padres están vivos, pero se desentendieron de él cuando era muy pequeño. Impresionante.

Como Joseph habían otros tantos chicos entre 10 y 18 años. Todos ellos con historias increíbles. Y todos ellos con una sonrisa de oreja a oreja. De hecho, uno de los actuales profesores de ECT viene de este centro de acogida. El propio Moses lo sacó de la calle, lo llevó a Kweto, y después de unos años la madre de Moses lo “adoptó” mientras estudiaba en el colegio. Sesmo, así se llama este chico, estudio en ECT tiempo después con una beca como las que estamos repartiendo aquí y hoy en día es profesor de ECT.. Sesmo fue uno de los chicos que en nuestro primer voluntariado estuvo a nuestro lado haciéndonos de guía y verle ahora así me llena de alegría.

Una de las cosas que nos ha sorprendido es el orden de la habitación. Cuando nos han enseñado sus armarios y hemos visto que cada chico solo tenía unos calzoncillos y una camiseta de repuesto perfectamente doblada y hemos entendido que el tema del orden quizá era más fácil con tan poca cosa. En cualquier caso, su habitación de 10 literas estaba impoluta. Son chicos que no tienen nada más que dos piezas de ropa pero se sienten los más afortunados del universo por tener por delante la oportunidad de recibir una educación que tiempo atrás parecía un imposible.

Cuando hemos salido de Kwetu hemos vuelto a Strathmore para comer e ir al concierto. Los coros africanos son impresionantes. Lo mejor ha sido cuando el presentador nos ha acabado sacando a todos los mussungus al escenario para bailar la ya famosa Macarena. Surrealista.

Al acabar el concierto hemos vuelto a ECT en donde hemos terminado de recoger la pista de basket y la hemos estrenado con un buen torneo. Que gusto jugar en el lugar en el que hace escasos 5 días parecía difícil de imaginar que fuera a convertirse en una buena pista.

Y para acabar el día hemos celebrado la última noche en Kenya aprendiendo unos bailes africanos. Weasly ha llamado a tres amigos suyos para que vinieran a cenar con nosotros y nos enseñara cómo se baila la música de aquí. Al final, hemos bailado todo tipo de músico, pero sobretodo nos hemos reído mucho y disfrutado más.

Mañana nos iremos de este sitio y aunque tenemos muchas ganas de volver a casa y disfrutar de los nuestros creo que nos va costar más de la cuenta dejar este lugar.


Día 16 | Proyecto Nairobi 2022

Os escribo estas últimas líneas desde el avión. Supongo que cuando las leáis ya estaremos llegando. Cuánto nos ha costado irnos de aquí.

El día ha empezado con una mañana por delante para hacer maletas y dejarlo todo perfectamente ordenado. Con la ayuda de nuestros amigos kenianos hemos recogido todo para poder llegar a la hora de la comida con todo hecho.

Antes de comer hemos ido todos con Mn Pablo para bendecir la pista que hemos construido y hacernos la foto para el recuerdo.

Pero esto todavía no había terminado. Hemos dejado para esta última tarde una de las cosas más importantes de nuestro voluntariado. Hemos ido en grupos pequeños a entrevistar a varios de los candidatos para recibir las becas que hemos conseguido con todo nuestro trabajo previo en Barcelona.

Al final, hemos levantado dinero para poder becar a 17 chicos que han acabado su educación primaria para que puedan seguir sus estudios en un high school. Aquí casi todos los niños hacen primaria y dura hasta el equivalente a 2º ESO en España, pero el paso a la secundaria es más complejo. A los 13 años muchos chicos dejan los estudios y se ponen a trabajar pudiendo aportar algo de dinero a su familia, pero hipotecando su futuro ya que sin una buena educación será difícil que puedan salir adelante en una ciudad como esta. Los slums de Nairobi son una gran gymakama donde las decisiones equivocadas pueden acabar saliéndote muy caras.

Además, también hemos becado a 6 chicos para el que año que viene puedan empezar sus estudios técnicos en ECT. Estas becas no han sido completas ya que Moses nos ha recomendado que ellos tengan que trabajar durante sus estudios para terminar de pagarse el curso en ECT. De esta manera, lo pueden valorar más y aprovechan el tiempo para poder salir adelante. Nosotros financiamos el 70% y ellos trabajan para conseguir el resto.

Nos hemos dividido en grupos pequeños y hemos ido a las casas de diversas familias del slum. Allí hemos podido conocer historias realmente increíbles como la de Jackson que el año que viene empezará un curso de electricista para dedicarse a su auténtica pasión. Jackson ha instalado en las chabolas del slum unos circuitos eléctricos que permiten dar luz en el interior de estas “casas” Estos circuitos están formados por unos empalmes a una red pública de electricidad. Cuando le hemos preguntado cómo ha aprendido nos ha explicado que mirando a otros electricistas del slum.

El slum de Jackson no es el slum en donde hemos estado trabajando habitualmente. Es un slum mucho más pobre, donde las drogas abundan sobremanera. De hecho, la llegada a este slum ha sido un poco tensa ya que los “jefecillos” del lugar han cortado el paso a nuestro pequeño MATATU el el que viajábamos Moses, unos pocos chicos y yo. Al parecer, ese tipo de matatus no tenían permitida la entrada en la zona. Después de que Moses haya tenido que negociar con ellos, han apartado las motos que nos bloqueaban el paso y hemos podido llegar sin mayores complicaciones a la casa de Jackson.

A la salida de su casa nos ha acompañado su madre hasta el final del slum. Al parecer, esta señora lleva mucho tiempo viviendo allí y es muy respetada dentro del slum. Con ella al frente, nos hemos sentido muy seguros para poder volver a ECT para compartir las diferentes historias que hemos vivido esta tarde.

Después de cenar hemos repartido algunos regalos a todos los que nos han estado ayudando estos días en Nairobi. Ha sido una despedida muy bonita. Nos hemos dado cuenta de los lazos de amistad que hemos hecho con todos ellos. Moses, Andrew, Weasly, Joseph, Sam, Benson, Sesmo y tantos otros que han estado pendientes de nosotros durante estos escasos 16 días en el slum de Mukuru.

Ahora, desde el asiento de nuestro avión, recordamos todo lo vivido sabiendo que nos vamos habiendo recibido mucho más de los que hemos dado.